El agua cubre el 70 % del planeta, pero la cantidad que podemos beber es mínima. Incluso las regiones en donde las precipitaciones son bastante comunes necesitan de muchísimos procesos para preparar el agua para su consumo humano.
¡Pero podemos poner de nuestra parte! Ya no estamos como para desperdiciar este valioso recurso, así que depende de cada una de nosotras entrar en acción y hacer lo necesario para cuidar de este beneficio de la naturaleza.
Cuídala, es un recurso no renovable
- Cierra la llave mientras te lavas los dientes o enjabonas tus manos. Incluso podrías hacerlo mientras te bañas. Tal vez pases un poco de frío, pero piensa en la enorme cantidad de agua que estarás ahorrando.
- ¿Dejas la llave corriendo en lo que esperas que la regadera esté suficientemente caliente? ¡Almacénala! En lugar de desperdiciarla, podemos almacenarla en cubetas y utilizarla para regar plantas o en el escusado.
- Cambia las tuberías de tu casa para evitar gastar de más, especialmente si las instalaciones son viejas. Las regaderas viejas gastan muchísima agua y reemplazarlas es fácil y barato.
- Revisa tus instalaciones de agua y asegúrate de que no haya filtraciones o fugas. Arregla tú misma lo que sea sencillo de hacer o contrata a alguien para que lo haga. ¡Es súper económico!
- No te tardes tanto en bañarte. Ya sabemos que es delicioso sentir el agua fluyendo a lo largo de tu cuerpo, especialmente para despertar como es debido, pero no tiene sentido gastar más agua de la necesaria.
- Pon una cubeta para que capte el agua fría de la regadera, esa agua puedes usarla para el baño, o para limpiar el piso.
- Pon una botella con piedras o arena (o cualquier otro artículo pesado) en el tanque del retrete para evitar utilizar tanta agua. De hecho existen dispositivos especiales para ayudarte a lograr este mismo propósito.
¿Cómo cuidas el agua?
