Las personas que se distraen con una mosca y apenas consiguen mantener la atención en una sola cosa pueden echarle la culpa a un grupo de neuronas del lóbulo parietal superior, según un estudio que publica la revista Journal of Neuroscience.
Concretamente, los resultados revelan quelas personas más distraídas suelen tener un mayor volumen de materia gris en esa región cerebral, algo aparentemente contradictorio, ya que en teoría tener más neuronas debería ayudar a mantener la concentración.
En la era de la sobrecarga de
información, "la atención es todo un reto", asegura Ryota Kanai,
investigador del University College de Londres y coautor del estudio.
Pero algunas personas son especialmente susceptibles a distraerse
mirando el correo electrónico, su Time Line de Twitter o el muro de
Facebook.
Para averiguar si hay alguna base anatómica para el
"despiste", Kanai estudió el cerebro de 145 sujetos que habían rellenado
previamente un cuestionario para calcular su tendencia a la distracción
en la vida cotidiana -tener lapsus mentales, olvidar qué han ido a
comprar cuando llegan al supermercado o dónde han aparcado, etc.-.
Los
resultados mostraron que había ciertas diferencias cerebrales que
estaban relacionadas con la capacidad de mantener la atención.
Concretamente, cuanto mayor era el número de neuronas en el lóbulo
parietal superior del hemisferio izquierdo de un sujeto, mayor era su
tendencia a la distracción.
La hipótesis que manejan Kanai y sus
colegas es que a medida que el cerebro madura se destruyen algunas
neuronas y conexiones nerviosas, y ese proceso ayuda al control de la
atención.
De acuerdo con esta idea, las personas con más materia gris en
la corteza cerebral serían también un poco más "infantiles" y, en
consecuencia, algo más distraídas.