El romero es una planta perteneciente a los arbustos, es muy aromático y puede alcanzar una altura que llega a ser de hasta los dos metros de altura.
Es una planta con muchas hojas que son algo rígidas y que pueblan todo el tallo, sus hojas tienen en una de sus caras la externa una vellosidad y en la otra se encuentra lisa.
Esta planta tiene su origen en zonas mediterráneas y su cultivo se puede realizar en casi cualquier tipo de suelo, sobre todo el arenoso.
Su nombre tiene dos traducciones o posibles orígenes, uno griego y otro latino.
- El griego procede de las palabras (rhops) “Arbusto” y (myrinos) “aromático” y se traduciría en arbusto aromático.
- El latino procede de las palabras (ros) “rocío” y (marinus) marino y se traduciría en rocío marino.
Es claro que la primera definición se acerca más a lo que se percibe.
Las flores tienen un color morado azuloso y sus frutos se encuentran en la base de la flor y aparecen cuando ésta se cae.
Existen diferentes tipos o especies, pero todas en general comparten las mismas características.
Para qué sirve el romero
El romero es muy utilizado desde la antigüedad para tratar algunos males, pues si bien no es una panacea tiene cualidades de las que se han servido con discreción.
El romero ha sido utilizado en infusión para reducir afecciones estomacales, como cólicos o irritaciones, aducen que calma el dolor del estómago.
Se cree que es utilizado como abortivo, por lo que no se recomienda su consumo en mujeres embarazadas.
Popularmente se encuentra arraigada la idea de que esta planta oxigena, causa por la que la utilizan como chiquiadores (trosos de la planta en los oídos, ya sea dentro del orificio o en la parte de arriba de la oreja).
Es utilizado para la pérdida del cabello, en donde es más utilizado en la alopecia areata.
Al extraerle los aceites esenciales, se le ha utilizado como ungüento y cicatrizante.
También es utilizado para la fabricación de algunos cosméticos, jabones y champúes, sobre todo de fabricación artesanal.
También ha incursionado en la rama alimenticia, pues es un condimento muy generalizado en la zona que lo vio nacer, “el mediterráneo”.
En esta zona su uso se ha difundido a tal grado que existen preparaciones y aceites especializados para guisos en específico.