Este fruto es muy apreciado y en español recibe distintos nombres según la región: Alcayoiba; Cajueiro (en Brasil); Anacardo (en España); Castaña de cajú (en Uruguay, Argentina y Chile); Cajuil (En República Dominicana); Marañón (en Perú, sureste de México, Colombia, Ecuador, Panamá, Nicaragua, El Salvador, Costa Rica, Cuba y el resto de Centroamérica); Caujil o Merey a la fruta y Merey a la nuez, en Venezuela; Nuez de la India (Específicamente su semilla, en el norte y centro de México, no confundir con la nuez de la India); Pajuil (en Puerto Rico); Jocote Marañón (En Guatemala)
Pepas (En El Salvador a las semillas ya secas, mientras la parte carnosa del fruto recibe el nombre de "marañón")
El anacardo o marañón contiene grandes cantidades de vitamina C, útil para el crecimiento y reparación de tejidos en todo el cuerpo, y entre sus usos terapéuticos se conoce que la cocción de su corteza y hojas son usadas para el tratamiento de cólicos estomacales, inflamaciones, insomnio, neuralgias, diabetes, paludismo y hemorroides.
La resina de de la planta sirve para curar lesiones cutáneas y para el tratamiento del cáncer; sus semillas tostadas son muy nutritivas, al decir de muchos tienen propiedades afrodisíacas y de ellas se extrae un aceite que sirve para eliminar barros, mezquinos, lunares, callos y verrugas.
Además, el fruto del anacardo es muy agradable, cualidad que le da gran potencial para su industrialización en la elaboración de refrescos, jugos, dulces y vinos.
Su semilla es considerado un fruto seco sumamente rico en ácidos grasos insaturados, entre los que especialmente destacan el linoléico y el oleico.
Por este motivo, es conocido que este pequeñísimo pero potente fruto seco es ideal para cuidar tanto nuestro sistema nervioso como nuestra piel.
Además, a diferencia de lo que podría llegar a pensarse, es un fruto seco capaz de bajar el colesterol alto (sobretodo el colesterol malo, LDL) y aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL).
Por ello, es ideal para cuidar y proteger nuestro corazón, dado que el colesterol HDL disminuye el riesgo de sufrir enfermedades coronarias.
Como veremos a continuación, los anacardos son muy ricos en vitaminas del grupo B, nutrientes necesarios para nuestro corazón, para el cerebro y los músculos, así como para ayudarnos a asimilar los hidratos de carbono.
Además, son unos frutos secos muy buenos a la hora de aumentar las defensas, por lo que es ideal su consumo tanto en los meses de otoño como de invierno, en los que necesitamos reforzar el sistema inmunitario.