Somos lo que comemos, ergo, no resulta raro que también nos movamos de acuerdo a lo que ingerimos.
Los nutrientes que consumimos nos ayudan a fortalecer los huesos, a mantener sanas las articulaciones y a prevenir enfermedades
que afectan nuestros movimientos. Ni hablar de que una alimentación
equilibrada contribuye a evitar el sobrepeso, uno de los grandes
obstáculos de la movilidad.
Con huesos a punto, articulaciones en buen estado y un peso adecuado, te sentirás ágil como una gacela.
En esta nota te contamos cómo podrías lograrlo.
Huesos fuertes para un cuerpo activo
Para tener agilidad durante toda la vida necesitamos una estructura ósea fuerte. Muchos nutrientes colaboran con este proceso y dos son imprescindibles: el calcio y la vitamina D, tal como explica el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de EEUU.
Un consumo deficiente de calcio podría causar la disminución de la densidad ósea y un alto índice de fracturas. Para incorporar una mayor cantidad de este mineral en tu dieta, sin aumentar la ingesta de grasas, la institución recomienda: avena enriquecida, sardinas enlatadas en aceite, queso cheddar, leche descremada, yogur natural descremado, porotos de soya cocidos, tofu con calcio, frijoles cocidos, brócoli, entre otros.
Por otra parte, para que el calcio se absorba bien hay que consumir vitamina D. Sin ella, el cuerpo recurre a las reservas de calcio de tu esqueleto, debilitando los huesos. Puedes obtener esta vitamina de tres maneras: exponiéndote al sol, con suplementos o ingiriendo alimentos como yema de huevo, pescado de agua salada, hígado y leche enriquecida con este nutriente.
¿Problemas en las articulaciones? Podrías necesitar grasas saludables
Varios estudios
recientes parecen indicar que existe un vínculo entre la dieta y la
inflamación de las articulaciones propia de la artritis reumatoidea,
señala la Clínica Mayo.
Aunque advierte que se requieren más estudios para comprobarlo y brinda
algunos tips que podrían contribuir a disminuir el dolor y, por lo
tanto, a moverse más libremente. Aquí van:
-Ingiere pescados y otros alimentos que contengan ácidos grasos omega 3. Al
parecer, estos actuarían sobre los procesos inflamatorios y, por ende,
el dolor. Excelentes fuentes de estas grasas son el salmón, el atún, la
trucha, la caballa y el arenque. Entre los vegetales, los productos de
soya. También las nueces y las semillas de lino proveen omega 3. El
aceite de oliva, aunque no lo contenga, posee propiedades
antiinflamatorias que podrían beneficiar a tus articulaciones. -Incluye más antioxidantes en tu dieta. La vitamina C, la E, el caroteno, el licopeno y los flavonoides podrían ayudar a desacelerar el proceso oxidativo asociado a la artritis inflamatoria. Los vegetales y las frutas de colores vibrantes son ricas en antioxidantes, al igual que las hojas verdes, las fresas, el té verde, el vino tino y el chocolate amargo, entre otros.
Fuentes de proteínas, vitaminas y Omega 3 / Foto: Thinkstock
Cuida tu peso
Bajar de peso, aunque sea un poco, aporta numerosos beneficios a la salud: ayuda a prevenir la hipertensión, el colesterol y la diabetes, destacan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EEUU (CDC, por sus siglas en inglés).
En lo que a movilidad se refiere, es clave: si mantienes un peso normal, o si adelgazas en caso de estar excedida, tu cuerpo se volverá más ágil y seguramente tendrás más energía para ejercitarte, según los CDC. Buenos motivos para ponerte en línea, ¿no?
Recuerda: no debes hacer cambios en tu dieta, tomar suplementos o modificar tu rutina de ejercicio físico sin antes consultar a tu médico.
Fuente: https://es-us.mujer.yahoo.com/blogs/vida-sana/lo-que-comes-podr%C3%ADa-afectar-tu-movilidad-173440401.html