En 2012, un estudio de las aguas del
lago Erie, al norte de Estados Unidos, lanzó un preocupante resultado:
las muestras tenían una gran cantidad de partículas microscópicas de
plástico.
Eran microplásticos, trozos de plástico de menos de 1mm – hay
científicos que consideran todos aquellos menores de 5mm – que se han
convertido en un importante problema de contaminación porque no pueden
ser eliminados en los procesos de tratamientos de agua utilizados
normalmente.
Pero ¿ de dónde salen estos
microplásticos? La mayoría de nuestros baños, de cientos de productos
cosméticos que utilizamos cada día y cuyos restos desechamos a través
del desagüe. Los más problemáticos son los productos abrasivos como
limpiadores faciales, jabones, champú y pasta de dientes, que han
cambiado los componentes naturales exfoliantes por plásticos debido a su
menor precio.
En algunos productos se etiquetan como microperlas,
aunque en la lista de ingredientes aparecen generalmente como
“polietileno” o “polipropileno”.
Estas partículas son especialmente problemáticas en el medio marino, donde pueden ser fácilmente confundidas con comida por ciertas especies. Aún se sabe poco de los efectos que pueden tener estos microplásticos en la cadena alimentaria y si la contaminación puede llegar a etapas elevadas de la cadena, como los peces que consumimos, y afectar, por tanto, de forma directa al ser humano. Se cree sin embargo que estos microplásticos pueden dañar el sistema endocrino de las especies que los ingieren, incluidos los humanos. Así, por ejemplo, unestudio elaborado por la Universidad danesa de Wageningen encontró que los mejillones que estaban expuestos a estas partí
culas comen menos y que, por tanto, crecen menos.
El problema crece por que no se sabe exactamente qué está pasando con
estas partículas. Un estudio de la llamada Expedición Malaspina,
realizado en 2010 y publicado recientemente, encontró en sus análisis de
muestras de agua de los océanos mucho menos plástico del que se
esperaba. “La inmensa mayoría del plástico descompuesto en piezas de
menos de 5 mm no aparece”, explicaba a Next (Voz Pópuli) Andrés
Cózar, líder de la investigación. Los científicos se plantean varias
hipótesis, entre ellas que el plástico se esté hundiendo, lo que podría
afectar a los ecosistemas subacuáticos.
La Campaña Mundial contra las Microperlas en Cosmética ha lanzado una aplicación para
identificar si los productos que utilizamos utilizan microplásticos.
Según la misma campaña, varias empresas han reaccionado ya a las
críticas y han anunciado que abandonarán este compuesto. Así Unilever
aseguraba en diciembre de 2012 que todos sus productos mundialmente a la
venta carecen de micropartículas o ‘microbolitas’ de plástico.
Beiersdorf, L’Oréal y Colgate-Palmolive han prometido que eliminarán el
uso de microplásticos, aunque las dos primeras no han dado una fecha
concreta (Actualización: nos informan a través de Twitter que L’Oréal sí ha dado una fecha: 2017).
Por su parte, Procter & Gamble ha asegurado que todos sus productos
carecerán de microplásticos en 2017 y Johnson & Johnson indica que
ya ha empezado a eliminarlos y que no desarollará nuevos productos que
contengan microplástico.
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