Casi todos los deportistas y por
supuesto los corredores, siempre hemos creído (erróneamente) que más es
mejor; que hacer unos cuantos kilómetros de más de los que ya teníamos
incluidos en el plan serían buenos para mejorar nuestro estado de forma;
o que entrenar a mayor intensidad de la que tuviéramos señalada sería
mejor para el rendimiento de nuestras piernas, obteniendo así, más
resistencia y ritmo.
Como ya sabemos todos y hemos aprendido
en ‘carnes propias’ el trabajo extra no solo no nos aporta más
resistencia, ni mejores ritmos, sino que acumular más kilómetros de los
planificados por nuestro entrenador, solo suman cansancio añadido a
nuestras fatigadas piernas y nos reduce las posibilidades de obtener la
marca deseada.
En la mente de muy pocos corredores esta
acumulación extra podía ser el único factor negativo que podía restar
efectividad a nuestro entrenamiento. Pues bien hay otro factor que
tenemos que tener en cuenta ya que resta a nuestro estado de forma y a
nuestros planes de entreno. Me refiero al hecho de estar sentado.
Sí, es
inevitable estar sentado varias horas al día e incluso es necesario y
obligatorio para muchos de los que trabajan en una oficina, pero el
pasar horas y horas en esta posición, afecta negativamente a nuestro
rendimiento en carrera.
Está más que demostrado que el hacer
ejercicio y ser una persona activa, reduce el riesgo de padecer
enfermedades relacionadas con el corazón, la tensión y similares, el
sedentarismo, por el contrario contribuye, de manera muy acusada, a
incrementar los riesgos de sufrir alguna de estas enfermedades.
Hasta ahora cualquier corredor y así lo
hacemos todos, solo sumamos y acumulamos en la balanza de nuestro estado
de forma, los kilómetros que hacemos a la semana y los ejercicios de
carrera y de fuerza que realizamos, sin tener en cuenta ningún efecto
negativo que pueda restar de esa suma.
Si entrenas una hora al día, y luego te
pasas sentado trabajando 10 horas cada día, habrás reducido la
efectividad del entreno a prácticamente nada
Un estudio publicado hace ya años por la
Clínica Mayo, afirma que estar sentado mucho tiempo, afecta de manera
negativa a nuestro estado de forma, ¡aunque entrenes duro! Según un
equipo de investigadores de la Universidad de Texas Southwest Medical
Center, cada hora que pasemos sentados, anula
aproximadamente el 8 por ciento de la ganancia que hayamos obtenido en
nuestra hora de entrenamiento. Así que si entrenas una hora al día, y
luego te pasas sentado trabajando 10 horas cada día, habrás reducido la
efectividad del entreno a prácticamente nada; habrás perdido de hecho el
80% de los beneficios que la hora de entrenamiento han supuesto para tu
salud.
El equipo de investigación llegó a esta
conclusión después de realizar un análisis de datos sobre ejercicios
objetivos obtenidos de la encuesta anual realizada para evaluar los
hábitos del ejercicio y nutrición de los americanos.
Esta encuesta
realizada hace ya 10 diez años, incluía pruebas de esfuerzo y de aptitud
física para determinar el estado de salud de todos ellos, gente
relativamente joven sana y sin problemas de obesidad.
Usando estas mediciones objetivas, los
investigadores fueron capaces de establecer y determinar una correlación
exacta entre el tiempo de ejercicio realizado y el que luego pasaban
sentados estos individuos y de cómo afectaba esto a su rendimiento
físico. Así, los resultados vinieron a demostrar que por cada hora de
estar sentado, se perdía aproximadamente, entre un 8 y un 16% de los
beneficios ganados en cada hora de ejercicio.
Si el ejercicio que realizas es de una
intensidad moderada, entonces pierdes aproximadamente un 16% de los
beneficios obtenidos por cada hora que pases sentado. Las mujeres
obtienen más beneficios por cada hora de ejercicio, pero también pierden
más por cada hora que pasan sentadas.
Por ello, es imprescindible mantenerse
relativamente activos, incluso mientras se está sentado, acostumbrándose
a realizar pequeños ‘gestos’ que nos ayuden a no perder las ganancias
obtenidas con el ejercicio realizado. Así, es conveniente subir y sobre
todo bajar las escaleras de la oficina y de casa, habituarse a estar de
pie mientras se habla por teléfono, caminar en tu despacho mientras piensas.
Debes acostumbrarte a en el peor de los casos, obligarte a levantarte
de tu asiento al menos cinco minutos de cada hora que estés sentado, ir
al baño, a por un vaso de agua para estar bien hidratado, cualquier
excusa es buena para que te actives de cuando en cuando y permanezcas
sentado el menor tiempo posible. Y mientras estás sentado trabajando,
seguro que puedes realizar estiramientos y movimientos de las piernas
que te ayuden a mantenerte en relativo movimiento.