¿Por qué la esquizofrenia es una “rotura”? ¿Qué se ha roto?
La palabra esquizofrenia viene del griego,”división” o “escisión” y “mente”. Por un lado la mente está en la realidad, pero hay otra parte que se separa de ella y vive en otro mundo “irreal”.
¿Quién definió esta enfermedad por primera vez?
El psiquiatra suizo Bleuler en 1911, pero este trastorno ya fue identificado por el psiquiatra alemán Kraepelin en 1896 bajo el nombre de “demencia precoz”, queriendo significar que las personas afectadas, necesariamente sufren graves deterioros cognitivos y comportamentales, similares a las demencias experimentadas por algunas personas ancianas, pero en este caso se daría en una edad juvenil. Sin embargo Bleuler observó que no era así en todos los casos y consideró más apropiado dar el nombre de esquizofrenia como una escisión en la asociación de ideas o como una retirada de la realidad y la vida social.
¿Cómo en un sueño?
En la esquizofrenia la barrera defensiva que impide que nuestra sombra, el inconsciente, penetre en la claridad del día se rompe también. Oscuras alucinaciones en forma de imágenes, voces, interpretaciones y asociaciones inundan la actividad diurna como si ésta fuera un sueño.
A menudo una pesadilla.
Sí, porque el deterioro de la persona que la padece llega a ser penoso y abarca a todos sus egos: su ideación es extravagante, sus afectos están bloqueados o confundidos, su creatividad sin canalizar, su cuerpo descuidado y se halla desorientado en el territorio que ocupa.
¿Desde la perspectiva metagenealógica qué es la esquizofrenia?
Decimos que tres generaciones de neuróticos hacen un psicótico. Los síntomas psicóticos no son más que manifestaciones de la “sombra” del individuo y de su árbol que no han podido expresarse de otra forma.
¿Cómo hacer para ayudarlos?
Alejandro Jodorowsky nos orienta hacia ponerlos a crear como “una manera de que sus tinieblas se vean y, al mismo tiempo, sean útiles”. “La parte psicótica -apunta – se pone al servicio de la parte creativa, al igual que decían los antiguos cabalistas de poner nuestros demonios a nuestro servicio, a trabajar para nosotros”.
Uno de sus alumnos, a la vez psiquiatra, Martín Bakero crea el ‘sintomarte‘ que consiste en transformar los síntomas en arte y lo emplea con enfermos psicóticos. Los terapeutas que forma se convierten así en ‘terapoetas‘.
¿De que forma ayuda esto a la recomposición?
El arte y el permiso para la creatividad, es una puerta para que los dos mundos, el de la sombra y el de la luz se amiguen. Siempre los genios han sido un poco locos, porque se han permitido “alucinar” y crear mundos, pero sin perder las coordenadas de este plano al que llamamos realidad.
¿Qué pistas nos ofrece la metagenealogía al respecto?
Parece ser que en algunos casos, el árbol genealógico del esquizofrénico es un árbol que miente, que oculta datos. Suele suceder que la persona afectada apenas conoce unos pocos datos inconexos sobre sus ancestros, faltos de definición. Naturalmente que no siempre es así, no se puede generalizar en esta enfermedad, ni tampoco en ninguna otra. Sin embargo, las expectativas de la persona pueden ser muy elevadas para su realidad actual. No tiene los pies en el suelo, no conecta con la realidad. Es probable que el árbol esté ocultando muchos abusos en el nivel de los padres, la enfermedad lo enmascarara todo…
¿Algún acto psicomágico relacionado?
Dada la complejidad del tema, no puede existir un acto tipo que solucione de forma global ese problema. Eso sería como una especie de panacea universal…
Vamos a imaginar por un momento que la persona en cuestión tiene expectativas de realizar una gran película. Se le recomienda que esa película se transforme en un corto de diez minutos donde los actores son amigos y la historia es la propia contada con humor, desdramatizándola. Junto a este acto se le recetan otros encaminados a que aumente su valoración…
Y recordemos que cada caso es un mundo, que no hay dos iguales.
Imagen: Stephanie Bennett