Los beneficios de tener relaciones sexuales de manera frecuente son muy conocidos, por lo que además de ser una actividad física placentera, es fundamental en la etapa reproductiva de los seres humanos; por lo contrario, la falta de sexo puede tener algunos efectos sobre la salud física, mental y emocional.
En la edad adulta, la falta de sexo está relacionada con varios factores. Uno de estos factores son las disfunciones, las cuales afectan tanto a hombres como a mujeres, como el descenso en el libido y problemas de erección, lo que además puede tener serias consecuencias a la salud en general.
Efectos de la falta de sexo
1. Mal humor. De acuerdo con un estudio del sexólogo Norbert Livinoff, la falta de sexo puede afectar de manera particular en el humor de las mujeres, debido a que luego de un lapso considerable de tiempo sin relaciones, se muestran malhumoradas, irascibles y de difícil trato.
2. Estrés. Una investigación de psicólogos de la Universidad de Gottinga, Alemania, explica que la falta de sexo en una pareja puede detonar estrés en ambos, así como mayor tensión en la relación y una importante carga de ocupaciones que los separa.
3. Ataque cardiaco. Debido a que el sexo es considerado uno de los mejores ejercicios cardiovasculares, hacerlo de manera esporádica (o no hacerlo) se asocia con un mayor riesgo de ataque cardiaco y muerte súbita, sobre todo en mujeres, según un estudio de laUniversidad de Tufts, Estados Unidos.
4. Depresión. El bajo deseo sexual puede ser una consecuencia de la depresión, tanto en hombres como en mujeres, sin embargo también puede ser una de sus causas, por lo que la falta de sexo puede llevar a un ciclo nocivo con este trastorno, explica lasicoanalista Cristina Castillo.
5. Baja autoestima. La inseguridad es otro de los problemas de la falta de sexo debido a que poco a poco va minando nuestra autoestima y afectan nuestras relaciones personales.
La falta de sexo por periodos largos se ha relacionado con la disminución de la satisfacción personal y mutua, con desánimo y apatía en la comunicación, con rutina, aburrimiento, inercia y desinterés, que impactan en la calidad de vida de una persona, indican investigadores chilenos.