¿Sabías que uno de cada cuatro niños menores de cinco años en el mundo padece retraso de crecimiento? Esto significa que 165 millones de niños están tan malnutridos que nunca alcanzarán todo su potencial físico y cognitivo. Aproximadamente 2 mil millones de personas en el mundo carecen de las vitaminas y minerales esenciales para gozar de buena salud.
Además, unos 1.400 millones de personas tienen sobrepeso, de las un tercio son obesas y corren el riesgo de sufrir cardiopatías coronarias, diabetes u otros problemas de salud.
El costo para la economía mundial derivado de la malnutrición–como resultado de la pérdida de productividad y los gastos de la atención de salud podría representar hasta un 5% de los ingresos mundiales.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), si la comunidad internacional invirtiera 1.200 millones de dólares al año durante cinco años en la reducción de las carencias de micronutrientes, por ejemplo, se mejoraría la salud, se reducirían las muertes infantiles y se aumentarían los ingresos futuros–además de que se generarían beneficios anuales de 15.300 millones de dólares.
La agricultura depende en gran medida de los recursos naturales, y puede provocar daños en el medio ambiente, pero también puede proporcionar beneficios ambientales. La agricultura es una de las causas principales de muchas amenazas medioambientales, entre ellas el cambio climático, la escasez y la degradación de la tierra, la escasez de agua dulce, la pérdida de biodiversidad, la degradación de los bosques y de los recursos pesqueros y la contaminación causada por productos químicos usados en la agricultura.
Los sectores agrícola y ganadero utilizan el 70% de los recursos de agua dulce y junto con la actividad forestal ocupan el 60% e la superficie terrestre del planeta. El sector ganadero por sí solo utiliza el 80% de las tierras de cultivo y los pastos a escala mundial. Los océanos cubren el 70% de la superficie del planeta y sustentan la pesca y la acuicultura.
Aproximadamente el 60% de los ecosistemas mundiales están degradados o no se utilizan de forma sostenible, lo que amenaza gravemente la seguridad alimentaria y la nutrición.
Aumentar la producción de alimentos ayuda, pero no es suficiente. El efecto del crecimiento agrícola es lento y puede no ser suficiente para permitir una rápida reducción de la malnutrición.
Promover un cambio de comportamiento a través de la educación sobre nutrición y de campañas de información, a la vez que se abordan las cuestiones relacionadas con el saneamiento doméstico y se garantizan alimentos apropiados para todas las edades y etapas de la vida (especialmente en los mil primeros días), ha demostrado ser un método efectivo. Incluso en lugares donde la desnutrición y las carencias de micronutrientes persisten como los principales problemas, también es importante actuar para impedir un aumento del sobrepeso y la obesidad, sobre todo a largo plazo. El cambio del comportamiento también puede ayudar a reducir el desperdicio y contribuir a la utilización sostenible de los recursos.
Ya sabes entonces, elige dietas saludables, con una variedad de alimentos que logren una nutrición completa.
Fuente: FAO.