Friday, September 26, 2014

LA MIOPÍA Y LAS EMOCIONES.


Es una anomalía visual. El ojo miope tiene la vista corta. Sólo ve con claridad los objetos cercanos y percibe con dificultad los lejanos.

La persona miope tiene miedo de lo que pueda pasar en el futuro. Basta con recordar aquello que temía, -con respecto al porvenir-, en el momento de quedarse miope, para conocer su causa. 


Debe señalarse que muchos adolescentes se vuelven miopes durante la pubertad. Tienen miedo de crecer porque perciben al mundo de los adultos como inseguro para ellos. 


Por otro lado, la persona miope suele estar muy preocupada por sí misma en comparación con su interés por los demás. Le cuesta más trabajo abrirse a las ideas de los demás que a las suyas. Le falta generosidad de espíritu.

Si tienes miopía, acepta la idea de que los acontecimientos que te asustaron en el pasado no tienen que seguir causándote miedo.
Ábrete a las ideas nuevas procedentes del exterior y reconoce que no eres la misma persona de antes. 


Haz frente a las situaciones a medida que se presentan y deja de esperar lo peor. Es tu imaginación la que te hace tener miedo, no la realidad.
Aprende a ver tu porvenir con más agrado y más alegría de vivir.
Acepta también las ideas y las opiniones de los demás con alegría, aun cuando no concuerden con las tuyas.


foto de Leonardo Ayala.

La miopía dificulta la visión lejana.
La inseguridad frente al porvenir hace ver los acontecimientos más inquietantes de lo que son de verdad. Es como si no se estuviera listo para enfrentarlos.

"Puedo ver lo que está cerca de mí pero mi visión lejana es confusa a causa de los músculos oculares contraídos y tensos.
En suma, puedo tratar con mi realidad inmediata y mi vida “diaria”, con gran facilidad.
 

Pero me es difícil crear mi propia visión del futuro y ver las posibilidades frente a mí ya que debo superar el miedo a lo que viene.
 

Si soy miope, puedo tener tendencia a estar molesto e introvertido, lo cual puede resultar de experiencias de mi infancia que viví como pavorosas o abusivas (por ejemplo la mirada hostil o rabiosa de uno de los padres).
 

Por ejemplo, si un maestro o un tío me pegaban, me volví miope porque tenía miedo de él, y no quería verlo porque a su sola vista, me ponía nervioso, inquieto sabiendo lo que me esperaba. 

Habitualmente, a menos de haber vivido otro conflicto, mi visión cercana será mejor que la mediana porque sé, incluso inconscientemente, que es importante que vea bien lo que sucede cerca mío para poder defenderme o para hacer los buenos gestos cuando esta amenaza estará cerca de mí y para que no me hiera.
 

La miopía indica generalmente una subjetividad excesiva. La expresión “no ver más lejos que su nariz” describe bien esta manera de ser. No querer ver a lo lejos por cansancio o pereza o, aún, a fuerza de decepciones de la vida.

DICCIONARIO DE LAS ENFERMEDADES EMOCIONALES.
Fuente: http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com/2014/09/la-miopia-y-las-emociones.html