¡Buenos días! Llega el verano, nuestro estilo de vida cambia debido a las vacaciones, lo que nos hace comer de forma diferente.
Por ello, hoy os queremos traer otra de las patologías que es más frecuente en esta época del año. De la diarrea ya tuvimos ocasión de hablar hace tiempo, hoy le toca el turno al estreñimiento.
¿Qué es el estreñimiento?
El estreñimiento se puede definir de distintas maneras, como una frecuencia de defecación inferior a tres veces a la semana, o bien como la expulsión de heces anormalmente duras, secas y escasas, con esfuerzo exagerado o sensación de vaciamiento incompleto. Además, de dolor al evacuar las heces.
El estreñimiento crónico es muy frecuente en los países desarrollados, aproximadamente el 10% de la población toma laxantes de forma regular, debido muchas veces a una alimentación baja en fibra, poca actividad física, otras patologías, etc.
¿Cuáles son las causas?
El estreñimiento es causado con mayor frecuencia por:
§ Dieta baja en fibra.
§ Falta de actividad física.
§ No tomar suficiente agua. La hidratación es muy importante y si estamos poco hidratados, las heces se vuelven duras.
§ No ir al baño cuando se presenta la urgencia de defecar.
El estrés y los viajes también pueden contribuir al estreñimiento u otros cambios en las deposiciones. Por eso es muy común en épocas estivales, el cambio de hábitos, de lugar? hace que nuestro cuerpo se descontrole un poco y nos cause estreñimiento.
Otras causas de estreñimiento son:
§ Cáncer de colon.
§ Enfermedades intestinales, como el síndrome del intestino irritable.
§ Trastornos de salud mental.
§ Trastornos del sistema nervioso.
§ Embarazo.
§ Hipotiroidismo.
§ Uso de ciertos medicamentos.
No hay que olvidarnos de los peques de la casa. El estreñimiento en los niños con frecuencia se presenta porque retienen las deposiciones al no estar listos para controlar los esfínteres o le temen a esto.
Y lo más importante, ¿cómo se trata?
El tratamiento del estreñimiento debe ser, en primer lugar, el de la enfermedad subyacente que ha dado lugar al mismo si la hubiese. Además, hay que instaurar medidas higiénico-dietéticasque, en el caso del estreñimiento crónico, son las únicas de elección.
Estas medidas son:
§ Cambiar los patrones de defecación si no son correctos.
§ Responder a las necesidades de defecar sin inhibirlas.
§ Instaurar una rutina para la defecación, realizándola en un momento determinado del día, siempre el mismo.
§ Beber abundante líquido.
§ Aumentar la cantidad de fibra de la dieta.
§ Realizar ejercicio físico.
§ La posición de defecación. Son mejores las tazas bajas que las altas, por la presión abdominal que se hace. Si no es posible tener una taza baja, es útil ponerse un pequeño escalón en los pies, como los que venden para que los niños lleguen al lavabo, ya que nos permitirá que las rodillas suban por encima de la cadera permitiendo esa presión abdominal.
En cuanto al tratamiento dietético, debe orientarse hacia un mayor consumo de fibra. Aunque algunas personas de hábito estreñido no ingieren menos fibra que las que no lo son, sí responden a un aumento de fibra de la dieta. Esto incrementa el peso de las heces y la frecuencia defecación y reducen el tiempo de tránsito intestinal.
El aumento de volumen de las heces por efecto de la fibra se debe tanto a una mayor retención de agua como a la proliferación bacteriana en el colon, con proliferación de gas en las heces.
El consumo recomendado de fibra en adultos es de 25 ? 30 gr/día, debiendo ser la relación insoluble/soluble de 3/1.
El consumo diario aproximado de fibra en España es de 20 gr. La ingestión de más de 50 gr de fibra dietética no aporta beneficios adicionales y puede producir intolerancia (sensación de plenitud, meteorismo) y/o problemas de absorción de minerales.
Los efectos desagradables (meteorismo, borborigmos) que se pueden producir inicialmente en las dietas ricas en fibra, resultan menos molestos si se incrementa su ingestión de forma gradual. En algunos casos pueden resultar útiles los preparados comerciales de fibra.
En aquéllas enfermedades en que la administración de fibra no sea capaz de producir heces suficientemente blandas para poder ser evacuadas de forma confortable, puede ser útil el uso de laxantesablandadores de heces como el aceite de parafina o el hidróxido de magnesio. Los laxantes de tipo osmótico como la lactulosa o el lactitol incrementan el meteorismo por su capacidad de ser fermentados. Pero antes de tomar cualquier tipo de laxantes, lo mejor es consultar con el médico, si las medidas higiénico-dietéticas no han surtido ningún efecto.
Con esto nos despedimos, ahora que llega el buen tiempo disfrutar del sol, siempre con precaución. Nosotros nos vemos la semana que viene, ¡ser felices!
Realizado por Jorge Ibarra Morato
Fuente: http://nutricionalas6.blogspot.com.es/