La
clasificación por subtipos del cáncer de mama es una herramienta
esencial en la práctica clínica ya que permite "emparejar" cada uno
con el tratamiento que ataque específicamente las raíces de los
tumores, según han destacado los expertos participantes en la séptima
Revisión Anual de Avances en Cáncer de Mama "RAGMA14", organizada por
el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Cada
año se diagnostican en España alrededor de 26.000 nuevos casos de
cáncer de mama y la elevada incidencia de este tumor, el más frecuente
en la población femenina, ha provocado que sea uno de los tumores que
más se están beneficiando de los avances en la investigación basados en el conocimiento de biología y caracterización molecular.
"El objetivo esencial de la investigación en cáncer de mama es definir el mayor número posible de subtipos moleculares y utilizar esta información como herramienta en la práctica clínica. Una vez entendida la diversidad biológica de los tumores será más fácil identificar nuevos tratamientos individualizados y adaptados", ha aseverado. En este sentido, el uso de las nuevas técnicas de diagnóstico molecular están permitiendo caracterizar la biología de los sistemas, según la cual la biología de un tumor es una compleja red de interconexiones e interacciones donde cualquier actuación sobre un punto produce cambios compensatorios en otro.
Por otra parte, la taxonomía molecular de los tumores de mama también ha llevado al profesor Carlos Caldas, del Experimental Cancer Medicine Centre de Cambridge, a ampliar la definición del cáncer de mama como "una constelación de diez subtipos tumorales, que deben ser considerados tanto en la clasificación y monitorización clínicas como para el desarrollo de nuevas terapias". Genes del éxito o del fracaso
El grupo de trabajo del doctor Caldas en el Reino Unido orienta sus investigaciones a determinar qué genes defectuosos son los que determinan la gravedad del cáncer y la respuesta al tratamiento. "Algunos tumores pueden ser abordados más fácilmente, mientras que otros tienden a diseminarse más rápido o no responder a los tratamientos. En este punto, nos centramos en identificar los genes que determinan el éxito o el fracaso de los tratamientos ", aclara el experto. La identificación de los biomarcadores tumorales específicos, a través de las alteraciones y variantes moleculares de los tumores, facilitan en opinión del profesor Caldas "definir un conjunto de herramientas que servirán de base para generar test moleculares que permitan asignar de forma rápida cada nuevo tumor a uno de los subtipos e identificar las mutaciones concretas del mismo tumor".
Asimismo, la investigación
genética de los tumores ha aportado grandes avances en el estudio del
cáncer de mama avanzado ya que las últimas investigaciones muestran
que la presencia en plasma de ADN del tumor es un excelente
biomarcador, frente a las células tumorales circulantes.