A la hora de tomar el sol es necesario tener en cuenta que sus
rayos tienen varios efectos beneficiosos para nuestra salud pero también
perjudiciales para ella, por lo que hay que exponerse a él con responsabilidad y sin abusar. Así, según la Doctora Adriana Ribé, dermapatóloga y Directora de Ribe Clinic:
Los beneficios del sol son: sensación de calor y bienestar, acción antidepresiva y síntesis de vitamina D.
Los perjuicios del sol son: quemaduras, manchas, fotoenvejecimiento y cáncer de piel.
Para evitar estos perjuicios del sol y disfrutar sólo de sus beneficios, la experta nos apunta un decálogo muy práctico para la correcta protección de la piel bajo el sol, antes, durante y después de la exposición:
10 consejos para una piel fotoprotegida del sol
1. Aplicar protector solar antes de salir de casa. El
protector solar ayudará a filtrar las radiaciones ultravioleta A y B,
que son perjudiciales para la piel. Además nos ayudará a conseguir un
bronceado progresivo y evitar las complicaciones a corto plazo, como las
quemaduras, y también consecuencias a largo plazo, como puede ser el
fotoenvejecimiento o incluso el cáncer de piel.
La Dra. Adriana Ribé aconseja un factor de protección solar de 30 o
superior. Además, los nuevos factores de protección aportan vitaminas
para combatir los radicales libres y ácido hialurónico para hidratar.
2. El protector solar debe aplicarse cada dos horas. Es
necesario aplicar una cantidad adecuada repartida de forma uniforme por
todo el cuerpo media hora antes de salir de casa y después, ir
repitiendo la aplicación cada dos horas.
3. Complementar la protección al sol con sombreros, gafas, pareos... Actualmente
en el mercado hay incluso camisetas con factor de protección
incorporado. Gracias a estos complementos además de protegernos
aportaremos un toque divertido y único a la protección solar.
4. Los nutricosméticos también son una ayuda. Para proteger
la piel antes de la exposición solar se recomiendan nutricosméticos con
componentes que activen nuestras defensas naturales frente al sol y que
contengan, además, vitaminas C, E y D y antioxidantes. Estos nos
protegerán la piel frente al sol a la vez que aumentarán nuestra
capacidad de exponernos al sol.
5. Si estamos en la playa o en la piscina, hay que tener en cuenta que el protector que se utilice sea resistente al agua, ya que es importante ir refrescándose cada media hora. Así nos aseguramos que nuestra piel está protegida en todo momento.
6. Hay que tomar el sol en horarios adecuados. La doctora
aconseja exponernos al sol antes de las 11 horas y después de las 16
horas y, por supuesto, hacerlo de forma gradual. Las horas en las que el
sol es más peligroso son aquellas que se encuentran entre las 12 y las
15 horas.
7. Aunque nos apliquemos factor de protección, la piel se bronceará. Existe
la falsa creencia que si nos aplicamos factor de protección no nos
pondremos morenos, pero es falso. Según la Dra. Adriana Ribé, las cremas
con factor de protección dejan que nos bronceemos pero de forma
saludable y continua evitando quemaduras y consiguiendo un tono más
natural y bonito, y además más duradero.
8. El sol también nos afecta en la ciudad. Hay personas que
simplemente utilizan factor de protección solar cuando van a la playa,
pero la doctora alerta que es igual de importante ponerse protección
solar cuando se pasea por la ciudad, se va a tomar algo a una terraza,
etc. En definitiva hay que protegerse siempre que nos expongamos al sol,
independientemente del lugar.
9. Después de la exposición solar, es muy importante aplicar cremas hidratantes con aloe vera, que hidraten la piel, la reparen y consigan mantener el bronceado más tiempo.
10. Exfoliar la piel mientras nos duchamos una vez a la semana. De
esta forma se eliminarán las células muertas de la piel y conseguir que
al broncearnos sea sobre una piel sana. Esto, además, ayudará a
mantener la piel bronceada durante más tiempo.