Sigo en busca de respuestas a los dilemas de la atracción. Y en esa búsqueda me voy encontrando con algunas hipótesis.
Según el libro “Por qué las mujeres tienen relaciones sexuales”, de los psicólogos Cindy M. Meston y David M. Buss, hay una serie de factores que operan en el sexo femenino a la hora del deseo.
El tamaño importa: “Tal vez la característica física más evidente que ellas buscan en un hombre es la altura”. Los estudios muestran consistentemente que las mujeres consideran que los hombres altos son más atractivos. En los sitios de vínculos personales, los hombres que se anuncian altos reciben muchas más respuestas de las mujeres. Incluso en los bancos de esperma las féminas dan mucha importancia a la altura al momento de la selección.
El olor del sexo: “Según una nueva investigación científica, una mujer literalmente puede oler la genética de un hombre antes de decidir si es adecuado para ella.”
No es ningún misterio revelado el poder de los olores al momento de la atracción, las neurociencias ya nos lo han explicado. Encima, el sentido del olfato de una mujer llega a su pico en la época de la ovulación.
Un cuerpo hecho para el sexo: “Los estudios sobre las preferencias de pareja revelan que las mujeres prefieren a los hombres atléticos y fuertes para relaciones a largo plazo tanto como para las relaciones sexuales ocasionales.”
Un cuerpo hecho para el sexo: “Los estudios sobre las preferencias de pareja revelan que las mujeres prefieren a los hombres atléticos y fuertes para relaciones a largo plazo tanto como para las relaciones sexuales ocasionales.”
“Las mujeres –dicen los psicólogos- no se sienten atraídas por hombres que podrían ser fácilmente dominados por otros hombres”.
Investigaciones científicas, sin embargo, han revelado que los hombres sobrestiman el grado de desarrollo muscular que las mujeres encuentran atractivo. O sea, no exageremos.
Un estudio comparó la musculatura de los cuerpos de los hombres en la revista Cosmopolitan (cuyo número de lectores es 89 por ciento de mujeres) con Men Health (cuyo número de lectores es de 85 por ciento hombres). El nivel de la musculatura en Cosmopolitan era casi idéntica a la tasa que las mujeres desean en una pareja sexual. Los hombres, en cambio, creen erróneamente que las mujeres desean una pareja sexual más musculosa de lo que en verdad desean, lo que se corresponde más estrechamente con la musculatura masculina que se muestra en Men Health.
¿Y la cara?: “En una serie de estudios científicos, las mujeres encontraron que los hombres con mandíbula cuadrada eran los más apropiados para un encuentro casual. Sin embargo, juzgaron a las caras menos típicamente masculinas como las más atractivas para relaciones a largo plazo."
Según el libro, “la interpretación más plausible de estos resultados es que las mujeres se sienten atraídas por los hombres que son propensos a ser 'buenos padres' al elegir compañeros a largo plazo, pero prefieren las señales de buena salud que proporcionan los rostros más masculinos para el sexo casual.”
Una cara de aspecto masculino indica buena salud, capacidad de tener éxito en la competencia con otros hombres y capacidad de proteger.
Esta interpretación, sin embargo, plantea un enigma: ¿Por qué las mujeres no se sienten atraídas por los hombres muy masculinos para cualquier tipo de vínculo?
“La respuesta está en el hecho de que los hombres más masculinos, con más testosterona, tienden a ser menos fiel sexualmente.”
Una voz sexy: “Investigaciones recientes demuestran que si las mujeres están buscando una relación a corto o a largo plazo las voces de los hombres son un factor relevante.”
Y por supuesto, ganan las voces graves y profundas. “La resonancia de la voz de un hombre percibida por una mujer durante su fase ovulatoria hace que ella se sienta atraída por el sonido de genes saludables para su posible descendencia.”
Y por supuesto, los psicólogos también apuntan cuestiones que nada tienen que ver con lo físico: un buen sentido del humor fue la característica más acentuada que apareció en distintos estudios.
Todo bien, pero yo sigo creyendo que somos un gran misterio, por más que nos sometan a estudios y mediciones. Porque, seamos sinceras, hay gorditos sexies, flaquitos sexies, bajitos sexies, feos sexies... No todo lo que reluce nos parece oro.