La mayoría de las personas nos encontramos en la búsqueda continua de este sentimiento: la felicidad. Ya sea que se le relacione con la satisfacción profesional, plenitud en las relaciones familiares y sociales o el simple bienestar con uno mismo, ser feliz puede tener un beneficio superior al sentimiento, puede ser un factor que alargue la vida.
De acuerdo a una investigación publicada en la Health and Well-Being, “ Happy People live longe”, en la que se analizó más de 160 estudios relacionados al efecto que tiene la felicidad sobre la salud, se descubrió que ésta puede influir directamente en la extensión de la vida.
Tras observar los resultados obtenidos de siete tipos diferentes de pruebas, Ed Diener y Micaela Y, líderes y autores de estudio concluyeron que altos niveles de bienestar como son: satisfacción con la vida, ausencia de emociones negativas, optimismo y sentimientos positivos producían en las personas una mejor salud y longevidad.
Esto se debe a que los estados de ánimo positivos mejoran la función del sistema inmunológico, favorecen la recuperación cardíaca después de un esfuerzo y aceleraran la cicatrización. Para gozar de mejor salud, por lo tanto, es crucial pensar en positivo.
Estos estudios sobre la conexión entre la felicidad y la salud, realizados con poblaciones de diversas regiones del mundo y también con animales en el laboratorio, muestran de manera consistente que mientras la alegría de vivir nos protege de enfermedades, los sentimientos negativos como ansiedad, depresión y pesimismo y la falta de actividades placenteras tienen el efecto contrario.
Por consiguiente, además de tener una alimentación balanceada e incluir en tu vida más ejercicio, los expertos también recomiendan que incluyas en tu vida una dosis de actitud positivo, pero sobre todo felicidad. ¿Qué esperas?