Hace unos días buscaba un término para definir el mal sexo, ese que te deja con un sensación de indigestión y vacío al mismo tiempo. Y lo encontré. Aaron Ben-Zeév, doctor en filosofía, investigador, colaborador de psychology today y autor de varios libros que analizan a fondo el amor romántico, lo define como sexo chatarra. El término viene del inglés (junk sex, como junk food, comida chatarra), y Ben-Zeév se dio el tiempo de enumerar sus características y mostrar que si se experimenta con frecuencia, puede ser tan perjudicial como alimentarse de frituras y bebidas azucaradas.
El sexo chatarra, tan adictivo y perjudicial como una dieta de comida chatarra / Foto: iStockphoto
El término “chatarra”, explica Ben-Zeév, se refiere a algo cuya calidad es pobre. En el caso de la comida, el especialista considera cinco características:
1. La chatarra tiene poco o nulo valor nutricional.
2. Es alta en grasa, azúcar, sal y calorías.
3. Su calidad está definida tanto por los ingredientes como por su forma de preparación.
4. Incluir un poco de comida chatarra no es peligroso siempre y cuando se lleve una dieta balanceada.
5. La comida chatarra puede ser adictiva.
1. La chatarra tiene poco o nulo valor nutricional.
2. Es alta en grasa, azúcar, sal y calorías.
3. Su calidad está definida tanto por los ingredientes como por su forma de preparación.
4. Incluir un poco de comida chatarra no es peligroso siempre y cuando se lleve una dieta balanceada.
5. La comida chatarra puede ser adictiva.
El valor nutricional de la comida es lo que nos mantiene saludables. En el caso del sexo, el valor nutricional radica en la intimidad, y ésta implica cercanía y pertenencia. Cuando el sexo se limita al coito, es sexo chatarra, uno busca su propia satisfacción (quitarse las ganas o el antojo) y no le importa lo que el otro necesite. La intimidad, en cambio, se construye con una atmósfera, con caricias y deseo, con la conexión de los cuerpos cuando se descubren y los ritmos que se compaginan.
El filósofo señala que en la comida chatarra se encuentran los mismos ingredientes de la comida sana, pero las cantidades y la preparación le quitan lo saludable. En el sexo chatarra pueden existir todos los ingredientes del buen sexo, pero las condiciones en que ocurre el sexo chatarra lo convierten en una experiencia más o menos miserable. Claramente, las condiciones que definen el bienestar en una persona no pueden generalizarse, sin embargo, la satisfacción en el caso del sexo pasa necesariamente por lo que el otro experimenta. El sexo chatarra se termina cuando uno de los dos está sexualmente satisfecho; en el sexo saludable e íntimo, el encuentro no termina en el climax sino que se continúa en eso que llamamos el post sexo (o la sobrecama). Es lo mismo que en una sobremesa, es un momento en que se construyen, se renuevan o se reafirman vínculos y emociones. Sin la intimidad de la sobrecama el valor de la experiencia se reduce considerablemente.
El sexo chatarra, dice Ben Zéev:
1. Carece de intimidad, la conexión emotiva es nula.
2. Se basa en la intensidad y las pulsiones.
3. Dependiendo de los ingredientes y las condiciones, el sexo puede considerarse saludable o chatarra.
4. Un poco de sexo chatarra no representa un peligro emocionalmente hablando, siempre y cuando sea la excepción dentro de una serie de relaciones equilibradas o sanas.
5. El sexo chatarra también puede ser adictivo.
1. Carece de intimidad, la conexión emotiva es nula.
2. Se basa en la intensidad y las pulsiones.
3. Dependiendo de los ingredientes y las condiciones, el sexo puede considerarse saludable o chatarra.
4. Un poco de sexo chatarra no representa un peligro emocionalmente hablando, siempre y cuando sea la excepción dentro de una serie de relaciones equilibradas o sanas.
5. El sexo chatarra también puede ser adictivo.
El sexo chatarra puede ser adictivo porque implica satisfacción inmediata y superficial con poca inversión energía. Está bien si se tiene de vez en cuando porque nos relaja y nos hace valorar otras experiencias. Sin embargo, el sexo saludable (intimidad + vínculo emocional) es tan importante y necesario como una dieta balanceada porque nos permite desarrollarnos plenamente, nos da bienestar y promueve la longevidad.
Foto: iStockphoto
Llevar una vida saludable va más allá de comer sanamente y hacer ejercicio con regularidad, implica una serie de factores complejos que se presentan en un marco dinámico; éstos van desde el momento de nuestra concepción, pasando por el nacimiento, la crianza, la infancia y llegando hasta la vida adulta. Hay factores físicos y psicológicos de nuestro ambiente que no podemos controlar, pero que determinan cierta disposición saludable (o no) ante la vida. El resto está hecho con las decisionesque tomamos, la manera en que nos relacionamos con lo que nos rodea y también lasconcesiones que hacemos.
El sexo chatarra puede ser divertido, es una variedad necesaria si se hace esporádicamente, pero, a decir de Ben-Zeév, está muy lejos de contribuir a nuestro bienestar. Yo creo que la experiencia del sexo chatarra no es superficial sino que deja marcas profundas en nuestra psique y también en nuestro cuerpo. Nuestra mente desea minimizar el impacto, pero el cuerpo tiene memoria y cuando el sexo chatarra es tan vacío y tóxico, reacciona con todas las alarmas, de la misma manera que reaccionamos cuando volvemos a oler o a ver algo con lo que alguna vez nos intoxicamos.
Se piensa que la mayoría de la gente sucumbe a la comida chatarra porque pasa mucho tiempo fuera de casa. Pero esa misma gente, cuando está en casa, suele reproducir el esquema de alimentación chatarra. Y con el sexo puede ocurrir lo mismo. Eso no quiere decir que el sexo esté forzosamente ligado al amor romántico, pero sí es necesario que exista un mínimo de intimidad, de cuidado, de complicidad, de reciprocidad... algo que exprese algún tipo de cercanía emocionalhacia el otro, porque quizás, una de las grandes virtudes del sexo en estos tiempos es que nos permite salir de la vorágine de la autosatisfacción.
¿Has tenido sexo chatarra? ¿Cómo podrías definirlo?