Antes de explicar esta patología tan escuchada en los últimos años, queremos que lean lo siguiente para tomar consciencia de nuestra espalda:
Los movimientos de la columna vertebral son suaves, rítmicos, libres y sin restricción, tanto en la flexión como en la extensión, de lado a lado, o a la rotación. Sin embargo, el cambio hacia la posición bípeda, ha traído consigo una mayor carga para el sistema de soporte de la columna vertebral y sus estructuras. Por tanto no se está ajeno a lesiones, como lo constituyen las hernias discales.
Los movimientos de la columna vertebral son suaves, rítmicos, libres y sin restricción, tanto en la flexión como en la extensión, de lado a lado, o a la rotación. Sin embargo, el cambio hacia la posición bípeda, ha traído consigo una mayor carga para el sistema de soporte de la columna vertebral y sus estructuras. Por tanto no se está ajeno a lesiones, como lo constituyen las hernias discales.
Es cuando se produce un desgarro del disco intervertebral (estructura de tejido blando situada entre dos vértebras) que genera una compresión del nervio y produce un dolor agudo.
La zona más afectada por una hernia de disco es la lumbar, seguida de la cervical y muy raro que se vean a nivel dorsal.
Sucede por la edad o un trauma.
Edad: a medida que crecemos nuestros tejidos envejecen y se degeneran.
Trauma o lesión en la columna vertebral: se puede lesionar el disco ocasionando roturas que favorezcan su salida fuera de su posición normal y genere la compresión del nervio.
Factores que influyen en la degeneración del disco:
Las posturas incorrectas y los movimientos repetitivos con carga de peso: muchos trabajos requieren grandes esfuerzos y movimientos iguales durante un tiempo prolongado, produciendo así una continua presión sobre el disco intervertebral.
El exceso de peso y volumen corporal: mayor riesgo con un abdomen voluminoso, debido al aumento de la curva lumbar (hiperlordosis).
Sedentarismo: si no hacemos nada, nuestros músculos se atrofian. Por consiguiente nuestro sistema de soporte de la columna (músculos, ligamentos, cartílagos, huesos) se debilita favoreciendo la degeneración de tejidos.
Nutrición: nuestro cuerpo necesita alimentos esenciales para mantener un óptimo estado físico y mental.
Trauma o lesión en la columna vertebral: se puede lesionar el disco ocasionando roturas que favorezcan su salida fuera de su posición normal y genere la compresión del nervio.
Factores que influyen en la degeneración del disco:
Las posturas incorrectas y los movimientos repetitivos con carga de peso: muchos trabajos requieren grandes esfuerzos y movimientos iguales durante un tiempo prolongado, produciendo así una continua presión sobre el disco intervertebral.
El exceso de peso y volumen corporal: mayor riesgo con un abdomen voluminoso, debido al aumento de la curva lumbar (hiperlordosis).
Sedentarismo: si no hacemos nada, nuestros músculos se atrofian. Por consiguiente nuestro sistema de soporte de la columna (músculos, ligamentos, cartílagos, huesos) se debilita favoreciendo la degeneración de tejidos.
Nutrición: nuestro cuerpo necesita alimentos esenciales para mantener un óptimo estado físico y mental.
El dolor se presenta en una zona localizada de la columna y se irradia o no.
Muchas veces dos más dos no son cuatro, debido a que, los síntomas de una hernia de disco son variados.Podemos tener un dolor en una zona localizada y que se irradie según el recorrido del nervio que esté comprimido, o por lo contrario, tener la hernia de disco y no tener un dolor irradiado. Cuando hablamos de un dolor irradiado significa que la persona es capaz de determinar con la punta del dedo índice el recorrido que sigue dicho dolor sobre su cuerpo. Además nos encontramos con presencia de hormigueos, pérdida de sensibilidad, atrofia muscular, debilidad y dolor al movimiento (según donde se localiza la compresión del nervio, podemos aliviar dicho dolor si nos movemos al lado contrario del desgarre).
¿Qué hacer ante la sospecha de que algo no va bien en nuestra columna?
Un dolor lumbar es una manifestación clara de que algo no va bien, por lo tanto, hay que curar y prevenir para que no se agraven más los síntomas. Si ya se encuentra ante todos los síntomas nombrados, debería acudir a un especialista para su recuperación.
Cuida tu espalda de la siguiente manera:
Estos hábitos saludables son sencillos de hacer y no requieren ningún esfuerzo, sólo es cuestión de aprender a incorporar rutinas que beneficien nuestro cuerpo y mente.
Una persona debe comer sano, hidratarse (¡¡durante todo el día!!), realizar ejercicios (¡¡no es mucho hacer una hora y tres veces a la semana!!), corregir posturas y recurrir a un profesional si es necesario (¡¡pensar que se pasará el dolor, puede resultar más peligroso!!)
Espero que disfruten de este artículo y puedan comenzar el año con buenos hábitos para mejorar la calidad de vida. Como siempre agradecemos a todos los lectores y esperamos tus comentarios.
Mª Julieta Rubiño Utrera
