Cuando notamos hinchazón y pesadez, sobre todo en las piernas, generalmente significa que estamos reteniendo líquidos.
Puede suceder más con el calor, con la menstruación o por cambios hormonales, por sedentarismo, pero hay personas que lo sufren muy habitualmente y eso empeora su calidad de vida.
Explicamos cuáles son los mejores alimentos para eliminar los líquidos que nos sobran y también las diferentes posibilidades de tomarlos, adaptándonos a las necesidades de cada persona y la temporada.
Algunos consejos previos
Hay algunos factores que influyen en la retención de líquidos, y por lo tanto presentamos primeramente algunos consejos que nos ayudarán a combatirla:- Evitar la sal, sobre todo la sal de mesa. Tomaremos sal marina, y en poquita cantidad
- Beber suficiente agua entre comidas, especialmente en épocas de calor o si hemos comido un exceso de comidas ricas en sal, harinas, etc.
- Hacer ejercicio: el ejercicio es fundamental para la circulación y para que los fluidos de nuestro cuerpo se movilicen. Además, nos hace sudar, que es la manera más natural de eliminar líquidos.
También debemos saber que algunos medicamentos causan retención de líquidos, por lo que si se está tomando medicación deberíamos mirar los efectos secundarios en el prospecto o también consultar con el médico.
Pomelo
El pomelo es una fruta excelente para evitar la retención de líquidos y en muy útil, además, para aquellas personas que quieren depurar el organismo, cuidar el hígado y bajar de peso, ya que el pomelo ayuda a disolver la grasa.Podemos consumir la fruta directamente o bien en zumo natural, y si nos disgusta el sabor amargo podemos endulzarla con un poco de miel o estevia.
También podemos consumir, sobre todo cuando no sea su temporada, el aceite esencial de pomelo (especificando, al comprarlo, que sea de uso oral). Tomaremos una gotita cada mañana, mezclada con un poco de miel o aceite.
Sandía
La sandía, por su gran contenido en agua, es un diurético magnífico. Más de un 90% de su peso es agua, y además sólo aporta 20 calorías por cada 100 gramos.Además, es rica en vitamina C, vitaminas del grupo B, potasio y licopeno, un pigmento que ayuda a prevenir el cáncer.
Es importante que no la comamos mezclada con las comidas o como postre, ya que precisamente su contenido en agua y azúcares intervendrá negativamente en la digestión. Sí que recomendamos comerla en ayunas o entre horas y sola, sin mezclarla con otros alimentos, y será cuando más notemos sus beneficios.
La podemos comer directamente o bien batirla, con un chorrito de limón y un poco de menta para decorar y darme un aroma todavía más refrescante, y sin quitar las semillas, que también son muy beneficiosas especialmente por su contenido en vitamina E y para prevenir y combatir problemas de próstata.
Cebolla
La cebolla, de la que a menudo destacamos sus propiedades terapéuticas, favorece la eliminación de líquidos en exceso dentro del cuerpo. De hecho, también la usamos cuando, en las fases iniciales de los resfriados, tenemos tendencia a una mucosidad líquida y transparente.Las personas que toleren bien la cebolla cruda la pueden añadir a ensaladas y todo tipo e platos. Las que tengan, en cambio, problemas para digerirla correctamente pueden preparar caldos de cebolla para beber a lo largo del día. Una opción más cómoda, que además nos liberará de tener que hacer caldos diariamente es la de preparar un jarabe de cebolla.
¿Cómo preparar un jarabe de cebolla?
Podemos preparar en casa, y de la manera más sencilla y natural, un jarabe de cebolla que nos permitirá combatir la retención de líquidos.Necesitaremos solamente:
- 250 gr de cebolla
- Azúcar moreno o miel
- Medio litro de agua
Preparación:
Cortaremos las cebollas en trocitos bien finos y pequeños y los pondremos a cocer en una olla con el agua y el azúcar moreno.
Lo dejaremos cocer durante 20 minutos a fuego lento, removiendo con una cuchara de madera para que se vaya mezclando bien.
A continuación lo filtraremos y batiremos. Guardaremos el jarabe en botes de cristal herméticamente cerrados, preferiblemente en la nevera.
¿Cómo lo tomamos?
Tomaremos una cucharada sopera por lo menos tres veces al día.