La
Técnica de la Meditación Atenta es un procedimiento simple que puede crear un
estado profundo de relajación de la mente y el cuerpo.
A medida que la mente se
aquiete aunque permanezca despierta, experimentarás niveles de conciencia más
profundos y silenciosos.
1.
Empieza por sentarte cómodo en un lugar tranquilo, donde tengas pocas
posibilidades de ser molestado.
2.
Cierra los ojos.
3.
Respira normal y naturalmente; poco a poco permite que tu conciencia se
concentre en la respiración. Simplemente observa tu respiración, tratando de no
controlarla ni alterarla en ninguna forma consciente.
4.
Mientras observas tu respiración, tal vez notes que ésta cambia
espontáneamente. Puede variar en velocidad, ritmo o profundidad, e incluso
puede haber momentos en los que tu respiración parece detenerse un rato. Al
margen de lo que suceda con tu respiración, obsérvala en forma inocente, sin
tratar de provocar ni iniciar ningún cambio.
5.
Descubrirás que a veces tu atención se desvía de la respiración y estás
pensando en otras cosas o prestando atención a los ruidos que llegan de afuera.
Siempre que notes que no observas tu respiración, vuelve lentamente a
concentrar tu atención en ella.
6.
Si durante la meditación notas que te concentras en algún sentimiento, estado
de ánimo o expectativa, trátalo como lo harías con cualquier otro pensamiento y
lentamente vuelve tu atención hacia la respiración.
7.
Practica esta meditación durante quince minutos.
8.
Al cabo de esos quince minutos, mantén los ojos cerrados y permanece
cómodamente sentado otros dos o tres minutos. Sal de la meditación en forma
gradual antes de abrir los ojos y volver a la actividad.
Se
recomienda la práctica de esta Meditación Atenta durante mas o menos un cuarto
de hora, dos veces al día, a la mañana y a la noche. También es posible esta
técnica durante unos minutos a lo largo del día, para ayudar a que te
concentres, si te siente molesto o agitado.
Durante
la práctica de la meditación tendrás una de estas tres experiencias. Cualquiera
de ellas es correcta.
1.
Tal vez te sientas aburrido o inquieto y tu mente puede llenarse de pensamientos,
señal de que tensiones y emociones de raíces profundas están liberándose de tu
organismo. Mediante una práctica continua y sin esfuerzo de la meditación,
facilitaras la eliminación de todas estas impurezas de tu mente y tu cuerpo.
2.
Tal vez te quedes dormido. Si así sucede en medio de la meditación, es señal de
que necesitas más descanso en otros momentos del día.
3.
Tal vez entres suavemente en la “brecha”.
Cuando
el mantra o respiración se torna mas estable y refinada, entras en la brecha
existente entre tus pensamientos, mas allá del sonido, mas allá de la
respiración. Si permaneces descansado, cuidas de ti y te tomas el tiempo
necesario para dedicarte a la meditación, sin duda entrarás en contacto con tu
ser interior. Te internaras en la mente cósmica, la voz que te susurra en forma
no verbal en los espacios de silencio entre tus pensamientos. Esta es tu
inteligencia interior, es el genio máximo y supremo que refleja la sabiduría
del universo. Confía en esta sabiduría interior y todos tus sueños se harán
realidad.
Fuente: http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com/2014/11/la-meditacion-atenta-deepak-chopra.html