Si has experimentado una sesión de masaje, estarás de
acuerdo conmigo en que la sensación que ésta produce, es mágica.
Sin
embargo, no es necesario asistir a un SPA para que nos consientan, tú
misma puedes realizar un automasaje.
Esta técnica, que por cierto es muy
simple, busca lograr estimular la circulación y el funcionamiento del
sistema linfático y nervioso a través de movimientos realizados por
nuestras propias manos.
La
práctica de un automasaje permitirá que desarrolles una sensibilidad
especial para conocer y atender las distintas afecciones de tu cuerpo.
En el mundo acelerado en el que vivimos, de vez en cuando es bueno
hacer un alto para cargarnos de energía, y este método te permitirá
frenar a tiempo cualquier situación de estrés y tensión que pudiera
estar a punto de explotar, tanto en el ámbito laboral como en el
familiar.Aquí te explico algunos automasajes que puedes poner en práctica:
Nuca, frente y cabeza
•Nuca: recuéstate, toma tu nuca con ambas manos como si éstas fueran unas pinzas y masajea con la punta de los dedos. Puedes bajar hasta los hombros. •Frente: coloca tus dedos en el centro de la frente, con la punta de los estos, comienza a bajar ejerciendo presión hasta llegar a las sienes. Debes terminar el masaje en el centro de la frente.
•Cabeza: utiliza las puntas de los dedos de tus dos manos como si fueran peines y deslízalas lentamente hasta la nuca, envuelve todo el cráneo; masajea y baja poco a poco.
Al realizar estos ejercicios, tu respiración debe ser lenta y profunda, trata de cerrar tus ojos y relajarte, pon tu mente en blanco.
Mandíbula y mentón
•Siéntate y cierra tus puños dejando los pulgares libres; apóyalos en los pómulos, y con pequeños movimientos circulares da masaje en las mejillas hasta que llegues a la zona de las orejas.
•Coloca las yemas de tus dedos en la boca y, haciendo presión con ellas, masajea hasta llegar a las orejas.
Hombros
•Coloca tu mano por encima del hombro tratando de alcanzar tu espalda. Inhala profunda y lentamente; al mismo tiempo que exhalas, desliza paulatinamente tu mano hacia el frente, llevando tu hombro hacia atrás.
•Pon la mano en tu hombro y, de manera lenta, realiza movimientos circulares hacia delante y hacia atrás.
•Repite ambos ejercicios con el brazo contrario.
Parte baja de la espalda
•De pie o sentada en una silla, mantén la espalda recta y los pies apoyados en el piso.
•Coloca tus manos bien abiertas a ambos lados de la columna vertebral, en la zona lumbar, con tus dedos haz un masaje de arriba abajo o en donde sientas dolor.
•Acuéstate en el suelo boca arriba y lleva las dos rodilla al pecho, sostenlas fuerte con tus brazos; aguanta unos segundos y regresa a la posición inicial.
Estos ejercicios te ayudarán a relajar la zona lumbar.
Piernas
Si tu trabajo implica estar mucho tiempo en una sola postura, esta es la opción / Foto: Thinkstock
•Con las dos manos envuelve tu muslo (justo arriba de la rodilla) y realiza fricciones, subiendo hacia la cadera.•Ahora cubre la rodilla con ambas manos y frota con las palmas de las mismas; después coloca una mano en la corva (parte trasera de la rodilla) y mansajea de forma circular mientras la otra mano está colocada en la rodilla.
•Finalmente, repite el primer movimiento pero partiendo del tobillo hacia la rodilla.
•Realiza los ejercicios con ambas piernas.
Manos y muñecas
•Toma cada dedo de la mano derecha, rodéalo desde la base y tira suavemente hacia fuera con la mano izquierda. Repite lo mismo con cada dedo y en ambas manos.
•Con el dedo pulgar, realiza masaje presionando un poco todos los tendones del dorso de tu mano.
•Acaricia la palma de tu mano con suaves movimientos, empezando por la punta de los dedos y terminando en las muñecas.
•Por último, aplica un poco de crema hidratante, acariciando tus manos suavemente.
Para que disfrutes de tu automasaje…
Lo más recomendable es que busques un tiempo para ti; ambienta el lugar con velas aromáticas o inciensos; también puedes poner una música relajante e incluso utilizar un aceite para masajes.
Al momento de darte el masaje, cierra los ojos, trata de visualizar un lugar lindo, que tu respiración sea controlada. Disfruta el tiempo contigo misma que con 20 minutos tendrás suficiente y aprende a consentirte.
Recuerda… ¡tú generas el cambio!