Estas manchas oscuras de la piel son habituales en casi todas las personas. A veces se mantienen desde la infancia. Su tono y coloración puede variar de más claro a más oscuro, igual que su textura, abultada, rugosa o pilosa.
Por lo general no suponen molestias y carecen de gravedad. Sin embargo conviene vigilar su evolución, ya que pueden degenerar debido a factores genéticos o medioambientales.
Precauciones en caso de lunares
- Es importante mantener la protección en caso de exposición prolongada al sol.
- La piel blanca está más expuesta a la aparición de lunares y otras lesiones que pueden degenerar en cáncer de piel.
- Tenga especial cuidado con los niños. Si su piel a estado muy expuesta desde la infancia, son más propensos a padecer manchas y complicaciones cuando sean mayores.
- Se conocen como lunares atípicos, y se recomienda revisarlos de forma periódica, sobre todo si hay antecedentes de cáncer de piel en la familia.
- Aquéllos que tienen forma irregular, con partes diferentes, o mitades desiguales.
- Los que presentan bordes irregulares, con entrantes y salientes.
- Los que poseen un tamaño mayor de seis milímetros.
- Los que tienen abultamientos.
- Adquiera la costumbre de vigilar la evolución de los lunares, tanto si tiene muchos, como si en su familia son habituales.
- Si observa un cambio o alteración atípica en ellos consulte a su médico cuanto antes. Lo mismo si aparece sangre o una herida en su interior, o si nota dolor o picor donde antes no lo había.