Muchos de vosotros quizás conozcáis la semilla de Chía. Para los que no, os aconsejo que veáis el enlace que os he dejado o que indaguéis un poco por la red. Os adelanto una pequeña información para que os hagáis a la idea de sus magníficas propiedades. Semillas de chía (Salvia Hispánica) La semilla de chía contiene muchas propiedades como: proteínas, calcio, boro (mineral que ayuda a fijar el calcio de los huesos), potasio, hierro, ácidos grasos como omega
3, antioxidantes y también
oligoelementos tales como el magnesio, manganeso, cobre, zinc y
vitaminas como la niacina entre otras.
En comparación con otros alimentos tiene 2 veces más proteína que cualquier semilla, 5 veces más calcio que la leche entera, 2 veces la cantidad de potasio que los plátanos,
3 veces más antioxidantes que los arándanos, 3 veces más hierro que las espinacas y 7 veces más omega 3 que el salmón.
Método de utilización
En cuanto a la manera de utilizarlas,
las hay tantas como imaginación tengáis. Os enseño el modo en que yo las
preparo para tenerlas siempre a mano y así poder añadirlas a mis
postres, bebidas, leche, gelatinas, yogures, etc....
Cuando empecé a utilizarlas las añadía tal cual vienen en el paquete, en seco, pero la verdad es que me gustan mucho mas así, ya que al remojarlas desprenden una sustancia gelatinosa y se ablanda el grano, cosa que en seco a veces me resultaban algo molestas de masticar y se me quedaban entre los dientes. Y en repostería también quedan mas integradas y pasan más desapercibidas de esta manera.
Cuando empecé a utilizarlas las añadía tal cual vienen en el paquete, en seco, pero la verdad es que me gustan mucho mas así, ya que al remojarlas desprenden una sustancia gelatinosa y se ablanda el grano, cosa que en seco a veces me resultaban algo molestas de masticar y se me quedaban entre los dientes. Y en repostería también quedan mas integradas y pasan más desapercibidas de esta manera.
El método consiste en poner 2 o 3
cucharadas de semillas (ojo, aumentan mucho de volumen) en un bote de
cristal, cubrirlas con agua el doble de su volumen o más, taparlas y
dejarlas en remojo un rato antes de utilizar. En seguida se hidratan y
forman el gel quedando así listas para su uso. Las puedes guardar en la
nevera, aguantan varios días y de esta manera las tienes siempre a mano.
Aquí las he añadido a unas gelatinas.
Otra forma de utilización
También las suelo moler cuando hago
repostería. Las muelo en seco en un molinillo, como los de café de toda
la vida, junto con semillas de lino o demás granos y las añado a la
mezcla. De esta manera pasan totalmente desapercibidas y enriquecemos lo
que estamos haciendo. No continenen gluten, son de indice glucémico
bajo, ayudan a bajar el colesterol, son de mucha ayuda en dietas de
adelgazamiento por su poder saciante así como para los que sufran de
estreñimiento......
Toda una fuente de salud, espero que las probéis!!!