Aunque la relación entre nutrición y salud es incuestionable, la malnutrición es uno de los problemas clínicos más frecuentes entre la población anciana y, sin duda, de los que de manera más habitual pasa desapercibido.
Consejos para la alimentación saludable de la tercera edad
A continuación algunos consejos para hacer de la alimentación en la tercera edad algo mucho mejor y más saldable:
• Los ancianos deben comer de todo, excepto aquello que tengan específicamente prohibido por causa de sus enfermedades.
• La dieta debe ser variada, aceptable y apetitosa.
• Se deben consumir alimentos con elevada proporción de nutrientes, tanto más cuanto menor sea la ingesta calórica total.
• Las dietas serán sencillas y de fácil preparación.
• La dieta debe fraccionarse en 4 ó 5 comidas al día.
• Las proteínas deben ser de origen diverso.
• Las proteínas de origen vegetal se complementaran utilizando mezclas de verduras y cereales (arroz con verduras) o legumbres y verduras o cereales (lentejas con arroz,) para suplementar los aminoácidos esenciales. Las proteínas de origen animal deben proceder de leche descremada, quesos magros, requesón, pollo sin piel, pescados blancos y azules y 2 a 3 huevos a la semana.
• Se deben consumir hidratos de carbono complejos.
• Utilizar fundamentalmente ácidos grasos mono y poliinsaturados (aceites como el de olivo y pescados azules).
• En los alimentos cocidos, ingerir siempre el líquido o caldo, para aprovechar las sales minerales y vitaminas extraídas del alimento.
• Evitar las frituras y utilizar los alimentos asados, a la plancha o al vapor.
• Consumir frutas y verduras frescas sin exprimir. Si están en forma de jugos, consumirlas inmediatamente después de su elaboración.
• Disminuir el consumo de la sal.
• Ingerir diariamente 1.5 a 2 litros de agua, infusiones, jugos y caldos.
• No abusar de bebidas alcohólicas ni excitantes (café, té, etc.)
• Realizar ejercicio físico al aire libre (paseo... para mantener la masa muscular y favorecer la producción de vitamina D).