Cuando
tiene lugar el desequilibrio del ph, se crea el medio perfecto para que los
gérmenes se desarrollen, causando una multitud de síntomas que denominamos
equivocadamente enfermedades (dado que la enfermedad real consistiría en esta
desestabilización del ph en diferentes áreas de nuestro organismo).
Según Robert O. Young y Shelley Redford Young
(que han venido a recuperar en la última década las teorías de una larga lista
de investigaciones en esta misma línea), este desequilibrio puede ser producido
por diversos factores:
Los pensamientos y palabras que responden a
emociones fuertes.
Música impactante y estresante.
Fumar y respirar humos y aire contaminado
en general.
Alimentos ácidos como el cerdo, buey,
pollo, pavo, pescado, huevos, lácteos, pan y cereales, café, alcohol, chocolate
y frutas dulces como manzanas, naranjas, uvas y piña.
No se trata de prohibir todos estos
alimentos mencionados, sino de evitarlos en esas situaciones en las que
percibamos un desequilibrio en nuestro organismo, que por lo general suele ser
ácido.
En cualquier caso, Rober O. Young nos
ofrece unas directrices generales en cuanto a los alimentos que deberíamos
evitar y, por el contrario, los que se aconseja incluir en la dieta, así como
una pirámide guía en nuestra alimentación diaria.
El
principal desequilibrio, la acidez
Dada la composición de nuestro organismo,
de tendencia al medio ácido, y la de los productos de que nos alimentamos, la principal
causa de desequilibrio de nuestro ph radica en la excesiva acidez.
Se
necesita una dieta balanceada para mantener el cuerpo con un pH alcalino.
Alimentos conocidos como "alcalinos" son el té y la macroalga, que
tienden a desplazar el pH a la zona alcalina. Un ejemplo de alimentos
"ácidos" son los ricos en proteínas, que llevan el pH a la zona
ácida.
Los
principales síntomas de un organismo con pH ácido son:
Cansancio crónico
Calambres
Dolor de espalda
Cabello reseco
Uñas quebradizas
Cálculos en riñones o en vesícula
Aumento de peso, sin razón aparente
Enfermedades continuas
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La pirámide de Robert O. Young
De abajo hacia arriba, la pirámide viene
definida como sigue:
Basa tu alimentación en los vegetales.
Seguidamente, toma abundantes granos
germinados y legumbres, lo que supone una buena fuente de magnesio y minerales.
Semillas y nueces (las almendras son
especialmente una buena fuente de calcio, vitamina E, etc.)
Aceites ácidos esenciales, como omega 3 y omega
6 (aceite de linaza, de oliva, etc.)
Frutas poco dulces y granos (el aguacate es
una buena fuente de energía).
Alimentos a evitar
Elimina la no-comida basura: conservas,
grasas animales, sal, azúcar refinado, carbohidratos refinados (frutas dulces),
etc.
No te pases con la fruta dulce (excepto el
limón o la lima; un vaso de agua purificada con unas gotas de limón por la
noche, antes de acostarte, tiene un excelente efecto detoxificador).
Evita la carne de cerdo, de buey, de pollo,
los huevos, productos lácteos y todos los derivados de la carne. Evita los
productos muertos y busca los productos vivos.
Desecha los granos y patatas almacenadas en
la despensa durante largo tiempo.
Evita los condimentos, el alcohol, la
cafeína.
Evita los cacahuetes y el maíz, medio fácil
para los hongos.
Evita el aceite calentado y la comida
calentada en microondas.
Los alimentos que no deben faltar:
Vegetales de hojas oscuras verdes y
amarillas (una potente fuente de clorofila, vitaminas y minerales, fibras,
encimas, fitonutrientes, etc.).
Granos germinados, como la alfalfa o la
soja germinada.
Carbohidratos vegetales, como las
zanahorias, patatas, calabaza, boniatos, etc.
Legumbres y granos que no hayan estado
largo tiempo almacenados.
Soja.
Agua, agua y más agua.Fuente: http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com/2014/10/fuentes-del-desequilibrio-del-ph.html