Aunque no todos los problemas vaginales se pueden prevenir, las revisiones o chequeos regulares pueden ayudar a asegurarse que los problemas que afectan a la vagina son diagnosticados tan pronto como sea posible.
No todas las condiciones íntimas requieren la atención especializada, como en el caso de la irritación o secreciones; sin embargo, existen algunas señales de que será necesario acudir a consulta sobre todo cuando se ha diagnosticado una infección vaginal por levaduras en el pasado y reinciden signos y síntomas similares.
2. Enrojecimiento vaginal, picazón o irritación
3. Sangrado vaginal entre períodos, después de tener sexo o después de la menopausia
4. Una masa o bulto en la vagina
5. Una sensación de presión o pesadez en la vagina
6. Dolor, sobre todo al tener relaciones sexuales
7. Resequedad vaginal o falta de lubricación
Además, hay varios factores que pueden afectar a la vagina, algunos modificables y otros no, tales como:
1. Sexo sin protección
2. Relaciones sexuales agresivas y fracturas pélvicas
3. Diabetes y enfermedades autoinmunes
4. Reacciones por el uso prolongado de antibióticos y algunos medicamentos o productos para la higiene íntima, anticonceptivos y otros medicamentos.
5. Cambios hormonales y padecimientos psicológicos, como la ansiedad, depresión o estrés.
Todos estos factores generan gran parte de los signos de un problema vaginal, por lo que aquellos que son modificables deben ser atendidos con oportunidad para prevenir otros malestares o enfermedades que afecten la salud sexual de una mujer, así como su calidad de vida.