La gente adora los masajes. Pero les gustarían aún más si tuvieran claras algunas respuestas a ciertas preguntas que tienen reparos en hacer.
¡Buenas noticias! En este artículo abordaremos esas cuestiones peliagudas que a veces no se atreven a preguntarnos a los terapeutas manuales.
¡Buenas noticias! En este artículo abordaremos esas cuestiones peliagudas que a veces no se atreven a preguntarnos a los terapeutas manuales.
Además, puede serviros como ayuda para estar preparados y abordar esas situaciones con naturalidad durante una sesión de masaje, que es la mejor forma de quitarle peso al asunto.
1. Estoy un poco incómodo por tener que quitarme toda la ropa cuando voy a darme un masaje. ¿Tengo que estar completamente desnudo para recibir el masaje?
Algunas personas están sin nada de ropa debajo de la talla o sabanilla, otros llevan la ropa interior, y algunas personas prefieren usar pantalones cortos o deportivos, o incluso su ropa de calle normal. Así que la respuesta es: NO. No hay porqué quitarse más ropa de la que usted se sienta cómodo para recibir el masaje. Es una cuestión a hablar de forma natural entre cliente y terapeuta y él o ella se adaptará a sus necesidades.
Sea consciente de que llevar más ropa puede interferir con el uso de ciertas técnicas, pero no hay razón para que no pueda disfrutar de recibir un masaje con ropa cómoda. El terapeuta no será capaz de usar la loción y sería difícil trabajar tan profundamente, pero puede adaptarse a su nivel de comodidad y aun así ofrecer una experiencia de masaje satisfactorio.
A la gente le gusta recibir masajes y, probablemente, acudirían a darse más si no tuvieran por medio el temor de la ropa interior. Para algunos, la ropa crea una barrera psicológica que les permite relajarse más a fondo durante el masaje, y eso está bien también. Como terapeutas manuales, debemos transmitir la seguridad de que trabajamos con todo tipo de cuerpos, desde los más esbeltos a con más formas, desde los más jóvenes a mayores…
Los masajistas solemos ser un grupo muy atento, responsable y cauteloso. Un terapeuta manual ve los cuerpos únicamente desde una perspectiva sanitaria y profesional. Nuestro trabajo consiste en la aplicación responsable de técnicas a los músculos, ligamentos y tejido conectivo, como medio para mejorar el bienestar del cliente y no para juzgar su cuerpo. Para tener éxito así es como debemos ser y tratar a nuestros clientes, y es importante que ellos sean conscientes de ello.
2. ¿Cómo hablo con mi quiromasajista sobre el precio? Me gustaría venir más a menudo, pero para mí supone una dificultad económica grande.
La gente prefiere hablar de sus momentos más embarazosos antes que hablar de dinero. Pero si siente que su situación económica no le permitirá acudir a sesiones adicionales, asegúrese de que ha analizado todas las opciones:
- En lugar de agotar todo tu presupuesto en una sesión larga, puede optar por sesiones más cortas.
- Otra posibilidad, si tiene algo de flexibilidad con su horario, es preguntar a su terapeuta por algún hueco en este momento en su lista de clientes. Si el terapeuta tiene el hueco libre, quizás le puede hacer algún pequeño descuento por ocupar ese hueco de último minuto. Al igual que ocurre con las compañías aéreas, a veces los clientes cancelan su sesión, así que un masajista o terapeuta manual de confianza podría estar dispuesto a ocupar esa hora por una remuneración algo inferior, de manera que no quede ningún hueco en su jornada.
- Muchos terapeutas aceptan tarjetas de crédito, así que puede recibir el pago en un tiempo diferido, como tenga estipulado con esa tarjeta.
Seguro que si a usted le gusta recibir sesiones de masaje, con una buena comunicación con su terapeuta, podrán ser capaces de llegar a un acuerdo que sea justo para ambos.
3. Nunca sé si hay que dar propinas o no.
Los quiromasajistas y terapeutas que trabajan en balnearios, centros de belleza o de relajación, por lo general, reciben un salario y una comisión por los servicios y tratamientos que haya realizado. En otras ocasiones tampoco existe tal comisión. En estos casos, la situación es comparable a la situación de un camarero en un restaurante. De manera que la propina será un excelente y necesario complemento a su remuneración establecida.
Si se trata de un profesional autónomo, probablemente apreciará también la propina, pero no se hace tan necesario.
De todos modos, al igual que con todo, si como cliente no sientes la necesidad de dar una propina por el servicio, no lo hagas. Bien sea por insatisfacción o simplemente porque en un momento determinado no te lo puedes permitir, no estás obligado a ello.
4. ¿Qué debo hacer si siento cosquillas durante el masaje?
Algunas personas son sensibles a algunas técnicas en particular, que los hacen sentir incómodos y les entra ganas de reír. Si eso ocurre, el terapeuta puede usar un trazo amplio o una presión más profunda que no provocarán cosquillas. En el caso improbable de que aun con esas variaciones el cliente sea demasiado delicado en esa zona, el terapeuta puede saltar esa parte del cuerpo y concentrarse en zonas menos sensibles.
Si piensa que puede encontrarse en esta situación, coméntele de antemano y de manera natural a su terapeuta cuáles son esas áreas sensibles o especialmente delicadas de su cuerpo, para que él o ella puedan adaptar y aplicar el masaje con mayor eficacia.
5. ¿El masaje tiene que doler?
Este es un error común acerca del masaje. Dar un masaje eficaz consiste en aplicar diferentes técnicas. Si todo consistiera en trabajar el músculo de la misma manera a cada persona, el terapeuta manual sufriría un agotamiento terrible. Los terapeutas profesionales no trabajan en serie como en una fábrica de montaje, haciendo las cosas repetitivamente, sino que se trabaja de forma y con intensidad diferente dependiendo de cada cliente y cada ocasión.
Tratamos a ancianas con osteoporosis con mucha menos presión que a un atleta joven que prefiere un trabajo profundo del tejido conectivo. Y una mujer terapeuta puede trabajar con mucha profundidad, de la misma manera que un hombre corpulento puede dar un masaje relajante también.
Por tanto, el masaje no tiene que doler para ayudar. El cliente debe saber que puede obtener los beneficios terapéuticos de un masaje relajante, que no duele, o puede buscar opciones de masaje más profundas, que pueden llegar a causar algunas molestias. La técnica de los puntos gatillo y la fricción son ejemplos de técnicas que pueden ser ligeramente incómodas, pero muy útiles en muchos casos. Si usted no quiere recibir una fuerte presión, simplemente dígalo. Haga saber con total confianza a su terapeuta con qué técnicas se siente bien y con cuáles no. Además, las necesidades como cliente y el umbral del dolor pueden cambiar en cada visita.
Y los masajistas únicamente desean ayudarle. Un masajista no es un torturador, así que si usted está haciendo alguna mueca ante la presión, el masajista aligerará esa presión. El objetivo del masaje es invitar a su cuerpo a relajarse, reducir el dolor, aumentar el bienestar y flexibilizar los músculos.
6. ¿Qué pasa si tengo una erección durante un masaje?
Esto ocurre raramente, pero si lo hace, no se preocupe. A veces ocurren las erecciones como resultado de que el sistema nervioso entra en un modo de relajación. Los terapeutas saben que esto es una reacción fisiológica y tratará la situación en consecuencia y con la profesionalidad propia. Por lo general, su terapeuta tratará de volver a dirigir su atención con un cambio en el foco de su trabajo, tal vez mediante la alteración de la presión o el cambio a un área diferente de su cuerpo. Su erección es involuntaria, y no debe tener ningún tipo de vergüenza por ello, pronto pasará.
¿Tiene cualquier otra pregunta tabú para su masajista o terapeuta manual? Pregúntele sin dudar. Su honestidad fortalecerá su vínculo terapéutico con él y podrá disfrutar más de sus sesiones de masaje.