Hoy me dijeron algo real, que llego a mi. Me dejó pensando mucho.
¿Cuando una persona da un abrazo quién lo siente más, quién lo disfruta más: quién lo da o quién lo recibe?
Yo enseguida dije: quien lo recibe. Y la otra persona me dijo: no, quien más siente, quien es dueño del abrazo y de lo que eso genera en su persona es quien lo da..
Cuando abrazas, abrazas para sentirte bien tú, en primer lugar, lo demás escapa de tus asuntos, no puedes controlarlo. La otra persona cuando recibe tu abrazo lo interpreta, en cambio tú sólo das un abrazo para sentirte bien, porque así lo deseas, es un acto directo y motivado por ti, auto-gestionado, digámoslo así. Mientras que el mismo abrazo en la persona abrazada es un acto interpretado, con un significado filtrado desde sus propias creencias.
La otra persona puede pensar: “me estará abrazando porque se siente culpable”, “si me abraza es porque quiere algo conmigo”, “seguro me va a dejar y por eso me abraza”. No es lo mismo darle un abrazo a una mujer que ha sido violada, a un niño de la calle, que a un profesor o a tu mamá o a una amiga.
Siempre hay una interpretación de por medio en la persona que recibe tu abrazo. Qué fuerte. Lo más fuerte es que lo del abrazo surgió para darme un ejemplo de cómo los humanos damos el amor y cómo pretendemos que las otras personas nos los den a nosotros. El amor en conclusión sólo puede darse. Nada más. El amor que recibes lo recibes porque tú lo das, no porque otra persona te lo da a ti. Fuerte pero esa es la realidad.
El abrazo Corazón a Corazón.
Técnica de curación espiritual.Este abrazo es, como su mismo nombre lo dice, de Corazón, de Amor, con todo el magnetismo del más poderoso e importante de nuestros órganos físico, espiritual y fuente de todas nuestras emociones. Va más allá de un simple abrazo, es netamente sanador, purificador y vivificante, tanto para quien lo da, como para quien lo recibe. Un regalo de energía terapéutica. Este ejercicio nos permite despertar nuestra sensibilidad y generar una conexión espiritual, física, energética y psicoemocional.
Nos ayuda a:
*Mejorar nuestras relaciones familiares, amigos y de pareja.
*Eliminar resentimientos y miedos, tanto en adultos como niños.
*Cambiar de “actitud” en situaciones difíciles con los hijos.
*Transmitir y sentir protección y seguridad.
*Afianzar la confianza y fortaleza.
*Despertar la sensibilidad.
*Desarrollar la paciencia y la tolerancia, entre otros beneficios más.
Y sobre todo darnos la oportunidad de ofrecer ternura y Amor a quien más lo necesite, incluyéndonos a nosotros mismos. ¡! Practíquenlo!!
Sobre todo con aquellas personas que debemos resolver un problema específico. Para realizar este ejercicio, lo más importante es “la intención, nuestra actitud Amorosa” y luego se siguen los siguientes pasos:
I Parte.- Conexión:
1.- Se colocan ambas personas frente a frente, cada una coloca la palma de la mano derecha en el centro del pecho, corazón, del otro.
2.- Se lleva la mirada directamente a los ojos de la otra persona, se realiza una larga inhalación por la nariz, se cierran los ojos y se exhala larga en intensamente, por la boca.
3.- La inhalación y exhalación debe ser lenta, larga e intensamente, rítmicamente, aquietando y sensibilizándose armónicamente con los latidos del corazón.
II Parte.-
1.- Se abrazan sobre el lado izquierdo del cuerpo, colocando ambos corazones juntos, los brazos rodean el cuerpo del otro, con los ojos cerrados y en silencio.
2.- Este abrazo debe ser muy agradable, cómodo, reconfortante y reflejar mucha ternura y calidez.
3.- Se repite el ejercicio de respiración (I.3) percibiendo como la energía de nuestro corazón lleva toda la carga de buena intención y Amor hacia la otra persona.
III Parte.- Visualización:
1.- Siguiendo abrazados, con los ojos cerrados y con el ejercicio de respiración, conectados de corazón y de ser; visualizamos que nuestro corazón genera vapor verde y esa energía sutil se transforma en una estela que viaja en forma de espiral y empieza a envolver el corazón de la otra persona.
2.- Con la mano derecha realizaremos suaves masajes en forma circular en la espalda, a la altura del corazón y timo.
3.- Seguimos visualizando como el espiral verde impregna poco a poco a la persona y al final los envuelve a los(as) dos, uniéndolos en una nube verde. El ejercicio concluye inhalando y exhalando suavemente, soltando y relajando los brazos, moviendo los dedos de las manos, las muñecas, tomando conciencia de la realidad, del lugar, del aquí y el ahora…lentamente se abren los ojos.
La base de este bello ejercicio es el amor. A practicarlo.
Fuente: Comunidad Holistica