La pera es una fruta carnosa de piel fina y sabor dulce que se obtiene del peral. Algunos autores sitúan su origen en el fértil valle de cachemira, también conocido “valle de la felicidad” por ser uno de los lugares más hermosos del Himalaya, mientras que otros creen que procede de una zona comprendida entre el mar Caspio y Europa Central. En cualquier caso, el peral, un majestuoso árbol que puede alcanzar los 25 metros de altura, se cultiva desde época muy remota. Los restos arqueológicos demuestran que ya se comían peras hace cuatro mil años.
Actualmente, China lidera la producción mundial seguida de Italia y EEUU. España se encuentra entre los grandes productores, sobre todo de las variedades de verano. Además, buena parte de la producción se destina al cultivo ecológico de gran calidad, para un mercado que no deja de crecer.
LIGERA Y REFRESCANTE
La pera destaca por su abundante agua y su escaso aporte calórico (44 calorías por 100 gramos), lo que unido a su notable contenido en fibra y a su efecto alcalinizante le hace idónea en dietas depurativas y de adelgazamiento. Además es una fruta muy fácil de digerir, siempre que se tome bien madura.
A diferencia de otras frutas de la misma familia botánica, como la fresa o el melocotón, no suele plantear problemas de alergia. Su gran jugosidad la hace refrescante, útil para aplacar la sed y un buen recurso frente al calor del verano, sobre todo si se toma licuada.
PODER ANTIOXIDANTE
Junto con la manzana, la pera es una de las frutas que más pectina contiene. Esta sustancia, un tipo de fibra soluble, no solo es útil para conseguir algunos efectos culinarios como la gelificación de mermeladas, sino que tiene un importante efecto antiinflamatorio y actúa como depuradora del organismo eliminando toxinas, metales pesados y colesterol “malo” o LDL.
UN ALIMENTO CASI MEDICINAL
La pera resulta muy adecuada en algunos casos de obesidad dada su ligera acción diurética, las pocas calorías que aporta y el efecto saciante de su fibra. Conviene a las personas con la tensión alta y con problemas cardiovasculares por su efecto hipotensor. Ayuda a la función depuradora de los riñones y es buena en caso de insuficiencia renal, retención de líquidos o para combatir la acidosis.
Por otro lado, cuando está madura, es un buen alimento para el destete de los bebés, por lo bien que se digiere. Además, su delicado sabor no suele ser rechazado por los niños, y su agradable textura se presta bien para las papillas.
Según la teoría de los cinco elementos, que rige la medicina tradicional china, la pera es un alimento vinculado al elemento “mental”. Esto significa que al ingerirla, su energía nutre y regula las funciones del órgano asociado a este elemento, que son los pulmones, y de su víscera, al intestino grueso. Según esta milenaria forma de entender el cosmos, esta fruta, de naturaleza enfriadora, tiene la virtud de hidratar los intestinos, lubricar los pulmones y eliminar el calor y el exceso de moco que se acumula en estos órganos. Los médicos orientales aconsejan tomarla por la mañana, bien temprano, si se padece estreñimiento duro causado por sequedad o exceso de calor en los intestinos. También la prescriben para tratar obstrucciones de la vesícula biliar.
fuente : cuerpomente.