Las plantas actúan como minilaboratorios químicos. A partir de dos sustancias inorgánicas como son el agua, que absorben del suelo, y el dióxido de carbono, que captan del aire, son capaces de producir glucosa a través de un proceso químico llamado fotosíntesis. Esta reacción química es posible gracias a un pigmento verde que únicamente se encuentra en las plantas, la clorofila ,capaz de captar
la energía del sol y transformarla en materia viva. Por este proceso químico, del agua, el dióxido de carbono y la luz solar se obtiene glucosa y almidón, base de la vida química en el planeta. La glucosa y el almidón producido por las hojas se combina con las sales minerales absorbidas por las raíces, lo que permite a las plantas sintetizar diversos principios activos como lípidos, taninos, glucósidos y vitaminas. Queda mucho por investigar en este campo. Hasta ahora se han identificado más de 12 mil principios activos, muchos de los cuales son los responsables directos de la potencia curativa de las plantas. Estos que a continuación detallamos son algunos de los principios activos más frecuentes en las plantas medicinales:
• Azúcares: Se encuentran sobre todo en los frutos, y los más comunes son la glucosa, fructosa y sacarosa. Son utilizados como fuente de energía básica por los organismos vivos por su alto poder tonificante. Madroño, frambueso, zarzamora, arándano, fresa, cerezo, manzano y limonero son plantas ricas en azúcares.
• Almidón: Es el hidrato de carbono más importante que producen las plantas. Tiene un alto poder energético al liberar glucosa en las células y actúa como antiinflamatorio sobre la piel y las mucosas. El maíz, las castañas y las avellanas destacan por su riqueza en almidón.