Consumir grandes cantidades de granos enteros, como maíz, avena, arroz o centeno, está asociado a una disminución de mortalidad temprana, especialmente debido a muertes causadas por enfermedades cardiovasculares (ECV).
Sin embargo, no parece estar ligado a una menor probabilidad de desarrollar cáncer, de acuerdo con nueva investigación.
Los granos enteros son una parte importante de la alimentación saludable.
Son las semillas de diferentes granos que conservan las tres partes que las componen (salvado, endospermo y germen). Hasta ahora, los datos con respecto a la mortalidad y cuántos granos enteros se deben consumir no eran del todo consistentes.
Un equipo de científicos liderado por el Dr. Hongyu Wu, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, examinó la relación entre el consumo de granos enteros y el riesgo de muerte analizando la información de dos estudios extensos. El primero involucraba a 74, 341 mujeres (1984-2010) y el segundo a 43, 744 hombres (1986- 2010). Ninguno de los participantes padecía cáncer o ECV al inicio del estudio.
Los investigadores documentaron 26, 920 muertes. Tras tomar en cuenta factores relevantes como la edad, tabaquismo y masa corporal, descubrieron que las personas que consumían más granos enteros tenían una menor probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas, aunque no de padecer cáncer. Estiman que cada porción (28 gramos al día) representa un riesgo 5% menor de mortalidad total y 9% menor de mortalidad a causa de enfermedades del corazón.
Los resultados del estudio, publicado en JAMA International Medicine, evidencian que una dieta rica en granos enteros previene las enfermedades cardiacas y favorece la longevidad.
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