¿Sientes que no importa cuánto comas, nunca te sientes satisfecha? ¿Podrías comer todo el día?
Una razón por la cual comemos en exceso y luchamos contando calorías y porciones, pero seguimos pasando hambre, es porque nuestro cuerpo no está absorbiendo completamente los nutrientes de los alimentos.
Los nutrientes de la comida son absorbidos a través de pequeñas vellosidades en el intestino delgado, conocidas como villi. Cuando estas vellosidades sufren algún tipo de daño o inflamación, el intestino no puede absorber bien los nutrientes, no importa cuanto comas. La villi también pueden saturarse por residuos de comida que nuestro cuerpo no puede procesar, como la comidas procesadas, el azúcar refinado, los lácteos, el exceso de proteína animal y las comidas a base de harinas refinadas. Otra razón por la cual se dañan estas vellosidades es por alguna sensibilidad o alergia alimenticia, como es el caso de la alergia al gluten.
Un intestino dañado no puede absorber bien las vitaminas y los minerales, aunque comamos saludable.
La cantidad de residuos de comida que tenemos en nuestro intestino también impiden la absorción de nutrientes. Inclusive cuando creemos que vamos al baño a diario y no tenemos materia acumulada en el intestino que impida la absorción de nutrientes, no es así. La cantidad de veces que vamos al baño no indica que tan limpio está nuestro cuerpo ni que tan saturado está. Podemos tener un intestino saturado que lo que hace es empujar esa materia acumulada aún más profundo en el cuerpo.
Cuando no absorbemos nutrientes, nuestro cuerpo le manda señales de hambre al cerebro porque él piensa que comiendo más vamos a lograr obtener las vitaminas y minerales que necesita, inclusive aunque hayamos ya comido lo suficiente. Es ahí donde comenzamos con el ciclo de culpabilidad donde tenemos hambre a pesar de haber comido suficiente comida y calorías, entonces seguimos comiendo más y más, aumentamos de peso, seguimos desnutridas y el ciclo continua.
¿Cómo se quiebra este ciclo?
Sanar las paredes del intestino no es de un día para otro y requiere un cambio en los hábitos alimenticios, aquí te doy algunas recomendaciones:
1. Elimina las comidas que causan inflamación (azúcar, harinas refinadas, lácteos y comidas procesadas), especialmente si eres sensible al gluten, debes eliminarlo completamente.
2. Aumenta la cantidad de bacterias buenas en el intestino, a través de comidas fermentadas o con probióticos (como el rejuvelac).
3. Lleva una dieta a base de comidas vivas, como las frutas y verduras, que contenga suficiente fibra y ayude a transportar toda la materia fuera del cuerpo.
4. Hay comidas que ayudan a desinflamar el intestino, como la sábila y el banano. Prueba tomando batidos verdes con sábila en las mañanas para limpiar el intestino, los batidos siempre van a ayudar a nutrir el cuerpo mejor que muchos otros alimentos.
5. Introduce batidos verdes y de frutas a tu dieta diaria, de esta forma estás incorporando una gran cantidad de nutrientes en un solo vaso.
La mejor manera de prevenir que el cuerpo se inflame es evitando las comidas procesadas, el azúcar, las harinas y los lácteos.
Cuéntame en los comentarios abajo si tú has sufrido de un hambre insaciable en algún momento y cómo la controlas:
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