El aloe vera es una planta que tiene el poder de regenerar sus propias hojas para mantener su vitalidad, y es esta misma fórmula la que nos permite a nosotros obtener grandes beneficios curativos y nutricionales de ella.
- Refuerza el sistema inmunológico porque contiene acemanano que es un polisacárido que actúa como un potente estimulador de glóbulos blancos que destruye las bacterias.
- Es cicatrizante, tiene una gran capacidad para regenerar las células. Es eficaz en toda clase de heridas ya sean en la piel o internas (por ejemplo, úlceras estomacales). Su comprobación científica tuvo lugar, por primera vez con los heridos por las bombas atómicas de Hirishima y Nagasaki. Los especialistas pudieron observar la magnífica evolución de los pacientes a los que se les había aplicado cataplasmas hechos con aloe puro.
- Antinflamatorio. La planta contiene ácido acetilsalicílico que contribuye en gran medida a reducir el dolor y la inflamación que provocan los procesos reumatoides o artríticos, las tendinitis y las contusiones.
- Rejuvenecedor. El aloe aumenta la producción de las células fibroplásticas que se encuentran en la dermis y que son las responsables de la formación de colágeno, además aporta proteínas que mantienen la piel tersa y flexible. Con la aceleración de la formación de colágeno se atenúan las arrugas existentes y se reduce la aparición de otras nuevas.
- Coagulante. Contiene calcio, potasio y celulosa y provoca en las lesiones la formación de una red de fibras que aseguran las plaquetas de la sangre, ayudando a la coagulación y cicatrización.
- El jugo del aloe vera resulta eficaz para tratar las inflamaciones del intestino porque puede regular y equilibrar su función y neutraliza la acidez del estómago por lo que es muy recomendable en cosos de úlceras gástricas.
- Músculos y articulaciones. Numerosos estudios concluyen que esta planta ayuda a prevenir la artritis y a reducir la inflamación del as articulaciones.
Puedes utilizar la sábila todos los días, ya sea ingerida mediante un preparado o puedes frotarla sobre la piel cortando un trozo directamente de la planta.
Para ingerir el aloe puedes extraerlo de la planta retirando la capa externa y tomando la parte gelatinosa con una cuchara.
Debes lavar con abundante agua antes de ingerir porque tiene una sustancia que la envuelve (entre la parte verde de la hoja y la gelatina) llamada acíbar que es un poco abrasiva y desagradable al sabor y, además, puede provocar diarrea porque es un fuerte laxante.
La palabra aloe proviene del vocablo hebreo alloeh y significa “sustancia amarga y brillante”, mientras que la palabra vera tiene su origen en latín y quiere decir “verdad”.