Hace dos años descubrí la miel de agave. Una buena amiga me lo recomendó para sustituir el consumo de azúcar y miel. Cuando lo probé por primera vez, su sabor me enamoró, así que me tomé el trabajo de investigar a fondo sus bondades y beneficios.
Los resultados me sorprendieron y hoy los comparto contigo para que puedas disfrutar de esta maravillosa alternativa natural que le pondrá un toque muy dulce y saludable a tu vida.
Este árbol tarda en crecer alrededor de 10 años y muere después de que su fruto florece / Foto: Thinkstock
El árbol de agave es reconocido mundialmente por la producción de tequila. Crece en climas tropicales y áridos. México es uno de los lugares donde se cultiva mayormente. Allí, es donde recibió el nombre del árbol de la vida y la abundancia.
Este árbol tarda en crecer alrededor de 10 años y muere después de que su fruto florece.
La miel de agave tiene un valor glucémico muy bajo, lo cual es fantástico para la salud y es una muy buena alternativa para las personas diabéticas.
También es un gran desinflamatorio, por lo que se utiliza en el tratamiento de enfermedades como la artritis y la amigdalitis. El consumo constante de agave puede ayudar a nivelar los niveles de colesterol y, gracias a que contiene bífidos, ayuda a mantener nuestra flora intestinal saludable.
En tanto, la miel de agave contiene hierro, calcio, potasio, magnesio y vitaminas como la A, B y C. Unas de las características maravillosas del agave es que nos ayuda a retener el calcio en los huesos, siendo de gran ayuda para las personas con osteoporosis. Además, es un excelente suplemento alimenticio para quienes llevan dietas vegetarianas o veganas.
El árbol de agave es reconocido mundialmente por la producción de tequila / Foto: Thinkstock
El agave es maravilloso para la elaboración de productos de belleza, tales como mascarillas caseras y exfoliantes.
También es ideal para la preparación de tortas y postres pues al ser liquido, no se cristaliza y endulza de manera moderada.
Lo más maravilloso del consumo de agave, es el apoyo que se le brinda a culturas milenarias que por generaciones han dedicado sus vidas a la extracción de este néctar.
Cada vez que compramos una botella de agave, no sólo estamos beneficiándonos de sus maravillosas propiedades, también estamos ayudando a la economía de pequeñas aldeas y comunidades. Por lo tanto, es importarte asegurarnos que nuestro agave venga de fuentes sostenibles y de el pago justo a las comunidades que lo cultivan.