La vida no es demasiado sencilla. Y si uno tuvo la desgracia de casarse con un zurdo, es mucho más difícil.
-No esperes nunca que te abra una lata de arvejas, atún, duraznos en almíbar ni ningún otro alimento que venga en ese recipiente cilíndrico. Los abrelatas están hechos para diestros.
-Jamás te hará un jugo exprimido: las jugueras están preparadas para exprimir con la derecha.
-Cuando arregle algo en la casa que requiera enroscar/desenroscar (una canilla, un tornillo, una lamparita), es posible que te pregunte unas quince veces durante la operación para qué lado se enrosca o se abre y para qué lado se cierra. Las roscas, para los zurdos, son antiintuitivas.
-Puede ser que vengan con una carga de frustración desde la infancia cuando, en la primaria, le obligaban a escribir con lapicera y no había manera de que la tinta no se le corriese al pasar con la mano izquierda sobre lo que iba escribiendo. Y que la maestra lo retara por eso.
-Siguiendo con la etapa estudiantil, seguramente la haya pasado mal porque los pupitres están hechos para que quien escribe descanse su brazo derecho. O sea: si sos zurdo, tenés que tener un pupitre vacío a la izquierda para poder usar el apoyabrazo del otro.
-Si te tocó en suerte un marido que toca la guitarra, destinará un montón de tiempo en encontrar una para zurdos y, cuando la encuentre, gastará más dinero porque son más caras que las “comunes” (léase: para diestros). Y que, cuando toque, se compare con los zurdos famosos: Kurt Cobain, Jimi Hendrix o Dick Dale.
-A la vez es posible que tenga una cuota de soberbia por haberse convencido de que los zurdos son más creativos e inteligentes. Y que se sientadiscriminado cada vez que alguien diga “fulano hace las cosas por izquierda”, como si eso fuera lo incorrecto.
-Pero, a no desesperar, también tiene su lado bueno: ¡cuando tengan un hijo, será mucho más cómodo para él cortarle las uñas de la mano izquierda!