1 El contorno de la cara: Respuesta hereditaria o temperamental
2 El triángulo central: Es el resultado de nuestra adaptación consciente al medio.
División Consciente – Inconsciente en el rostro.
La parte fija o marco es una respuesta hereditaria o temperamental.
La parte móvil o triangulo es el resultado de nuestra adaptación al ambiente
Para ello, dividiremos en forma imaginaria la cara en dos partes.
El triángulo que observamos en el centro del rostro, corresponde a la zona móvil
relacionada con la Conciencia.
En fisionomía a esta zona se la denomina Triángulo Interior Central.
El contorno que rodea a este triángulo y que corresponde a la zona fija del rostro está
relacionado con lo inconsciente, lo hereditario filogenéticamente. Se lo llama Marco
Exterior.
MARCO:
El marco esta formado por las partes oseas de la cara. Es la expresión del sistema osea, su prolongación.
Este sistema no lo dominamos y lo llamamos el inconsciente. Pero el marco es al mismo tiempo el reflejo de todo el organismo y de sus numerosas respuestas inconscientes. Por lo tanto indica a la vez el inconsciente y las reservas de fuerza. La potencia vital del individuo. Se puede comparar con una cisterna o deposito, cuanto mas grande es, mayor es su contenido y la capacidad que tiene el individuo para hacer frente a situaciones imprevistas, o que requieren una acción prolongada
En el dilatado el marco es, ancho, potente, indicio de fuerzas vitales importantes, y un inconsciente muy fuerte
En el contraído es estrecho y denota unas fuerzas vitales limitadas, unas fuerzas inconscientes menos tiránicas y mas fácil de controlar.
RECEPTORES:
Estos receptores son los grifos del deposito, las puertas que comunica al ser humano con el mundo que le rodea. Según estén abiertos o cerrados podemos sacar diferentes conclusiones.
En el ser humano hay 12 puertas:
-Siete al nivel de la cabeza:
dos ojos, dos orejas, dos orificios de la nariz, una boca.
5 a nivel del cuerpo:
Dos en el pecho, el ombligo, el sexo y el ano.
El doce es un numero simbólico, pues lo volvemos a encontrar en los doce meses del año, doce signos del zodiaco, o los doce apóstoles.