Los baños de contraste consisten en alternar el agua fría con la caliente, este tipo de baños se pueden utilizar en todo el cuerpo, pero generalmente se utilizan para las extremidades.
Para realizarlo es necesario el uso de dos recipientes, uno con agua a 38-44 Grados de temperatura y otro a 10-20º, se introducen las extremidades a tratar alternado las temperaturas.
Se comienza sumergiendo la extremidad que se va a tratar en el recipiente con agua caliente, durante 5-7 minutos; seguidamente, se sumerge en agua fría durante 3 minutos y se vuelve a sumergir en agua caliente. El ciclo se continúa durante 30 minutos y la última inmersión se realiza en agua caliente. Los cambios han de hacerse con rapidez.
Existen diferencias en cuanto a la técnica, pero las diferencias radican en la proporción de tiempo calor/frío, que varia 2/1 o 3/1, en la secuencia final del tratamiento se termina con agua caliente. La técnica puede modificarse para ajustarse a las necesidades específicas, según el grado de aumento de temperatura deseado
Los baños de contraste provocan respuestas sucesivas de vasoconstricción y vasodilatación cutánea, cuyo resultado es la estimulación de la circulación local en la extremidad tratada; algunos autores lo consideran como un entrenamiento de los vasos sanguíneos. Con ello conseguimos unos resultados antiinflamatorios y una mayor recuperación de las zonas dañadas como en esguinces, rotaras fibrilares...etc, ya que al mejorar la circulación conseguimos que a través de las venas acudan todos los nutrientes y fibras necesarias para que la zona se regenere mejor y a demás una mejor evacuación de los desechos provocados por la lesión y la reparación de los tejidos.
Indicaciones de los baños de contraste
Los baños de contraste están indicados para el tratamiento de las siguientes lesiones:
Distrofia simpático refleja.
Inflamación en artritis de articulaciones periféricas.
Esguinces.
Pies y manos fríos, cansados e hinchados
Estiramientos musculares.
Reducción de edemas, etc.
Cuando no es aconsejable el uso de los baños de contraste
Sin lugar a dudas el especialista nos indicará si en nuestro caso es o no conveniente el uso de los baños de contraste, pues hay algunos casos en los que su uso no está aconsejado.
Están contraindicados en casos de úlceras venosas, flebitis, tromboflebitis y cualquier otro problema de circulación.
También están contraindicados en las microangiopatía secundarias a la diabetes y en la hipersensibilidad al frío.
Los baños de contraste aunque sencillos de realizar, tienen que ser recomendados por personal experto ya que como todas las terapias y técnicas tienen unas contraindicaciones, en especial las que estén relacionadas con problemas de úlceras venosas, flebitis, tromboflebitis y cualquier problema circulatorio serio, por lo que no se recomienda realizar sin control profesional.