No es de extrañar que muchas de las enfermedades que padecemos provengan del cuerpo astral, ya que en un principio todos los trastornos se instauran allí, y más tarde se ven reflejados en el cuerpo físico. Hay mamíferos sensibles a esos estados de perturbación que se implantan en el aura humana, me refiero a los delfines, ellos son sensibles a todas estas perturbaciones que sufrimos.
Desde hace ya un tiempo médicos y científicos están investigando con estas maravillosas criaturas del mar y la influencia beneficiosa que aportan a la salud de personas enfermas, sobre todo en niños autistas, en personas con problemas de psicomotricidad, en enfermedades mentales etc… dándoles unos resultados asombrosos de mejoría en muchas patologías que requieren de tratamientos intensivos de terapia.
Nosotros presentamos un mapa de luz eléctrica y magnética en el interior de nuestro A.D.N., de circuitos que sólo los seres sensibles de dimensiones elevadas pueden vislumbrar y que nuestros científicos algún día descubrirán. Estos ángeles del mar, los delfines, conocen muy bien ese tipo de señales electromagnéticas, por lo tanto los delfines lo detectan, y cuando se presenta ante ellos una persona que en su cuerpo físico, mental, astral, despliega una serie de desórdenes lumínicos, por herencia kármica, por estados emocionales no liberados o por cualquier otro motivo, estos mamíferos acuáticos localizan esas vías lumínicas apagadas u oscurecidas.
Los delfines lo definen como “saber que en el cielo pueden contemplar la estrella Sirio y no encuentran su luz”. Con sus sonidos, tonos armónicos y movimientos ondulatorios, elevan la frecuencia de luz y reconducen las ondas delfínicas hacia esa ruta obstruida, para volver a organizar el equilibrio que todo micro-universo debe conservar, ya que se trata de las leyes básicas del macrocosmos, por eso provocan que el fluido estelar entre y active nuestro sistema cerebroespinal, produciendo un impulso en nuestro cerebro que da la orden de movimiento eléctrico en nuestros dos hemisferios por igual,( ya que la parte izquierda del cerebro es la más activa en nuestra vida cotidiana, siendo prácticamente la única que utilizamos las personas, y la parte derecha es la que se ocupa de la fase espiritual, anímica y creativa, a la que damos menos importancia en estos tiempos de materialidad), compensando y regenerando a su vez ese estado enfermizo, por eso los resultados son asombrosos y dignos de estudios científicos.
Los Emisarios Pleyadianos de Luz, en muchas de las sanaciones actúan como lo harían los delfines, ya que operan en el campo eléctrico del cuerpo para despejar bloqueos, y muchas veces también se acompañan de la misma energía delfínica.
¿Quién no se ha fijado en esos maravillosos cetáceos de una manera amorosa al contemplar su aspecto juguetón y alegre? Nos producen sensaciones de felicidad y además el acercamiento a los delfines o recrearnos en la expresión de su esencia, nos beneficia en el modo de crear consciencia sobre lo que significa generar nuestro vehículo de luz, espacio-tiempo-energía " Merkaba".
Este vehículo es ni más ni menos que la manera en que el hombre se envuelve en un espacio de amor incondicional que le sirve de campo energético para llegar a ser multidimensional. “Esta cualidad de los delfines, está todavía por descubrir en el mundo científico”, pero algún día sabremos de ello. Estoy convencida.
Extracto del libro “EL ESPÍRITU VIVIENDO UNA EXPERIENCIA HUMANA”©
ESCRITO POR LUHEMA.
Nosotros presentamos un mapa de luz eléctrica y magnética en el interior de nuestro A.D.N., de circuitos que sólo los seres sensibles de dimensiones elevadas pueden vislumbrar y que nuestros científicos algún día descubrirán. Estos ángeles del mar, los delfines, conocen muy bien ese tipo de señales electromagnéticas, por lo tanto los delfines lo detectan, y cuando se presenta ante ellos una persona que en su cuerpo físico, mental, astral, despliega una serie de desórdenes lumínicos, por herencia kármica, por estados emocionales no liberados o por cualquier otro motivo, estos mamíferos acuáticos localizan esas vías lumínicas apagadas u oscurecidas.
Los delfines lo definen como “saber que en el cielo pueden contemplar la estrella Sirio y no encuentran su luz”. Con sus sonidos, tonos armónicos y movimientos ondulatorios, elevan la frecuencia de luz y reconducen las ondas delfínicas hacia esa ruta obstruida, para volver a organizar el equilibrio que todo micro-universo debe conservar, ya que se trata de las leyes básicas del macrocosmos, por eso provocan que el fluido estelar entre y active nuestro sistema cerebroespinal, produciendo un impulso en nuestro cerebro que da la orden de movimiento eléctrico en nuestros dos hemisferios por igual,( ya que la parte izquierda del cerebro es la más activa en nuestra vida cotidiana, siendo prácticamente la única que utilizamos las personas, y la parte derecha es la que se ocupa de la fase espiritual, anímica y creativa, a la que damos menos importancia en estos tiempos de materialidad), compensando y regenerando a su vez ese estado enfermizo, por eso los resultados son asombrosos y dignos de estudios científicos.
Los Emisarios Pleyadianos de Luz, en muchas de las sanaciones actúan como lo harían los delfines, ya que operan en el campo eléctrico del cuerpo para despejar bloqueos, y muchas veces también se acompañan de la misma energía delfínica.
¿Quién no se ha fijado en esos maravillosos cetáceos de una manera amorosa al contemplar su aspecto juguetón y alegre? Nos producen sensaciones de felicidad y además el acercamiento a los delfines o recrearnos en la expresión de su esencia, nos beneficia en el modo de crear consciencia sobre lo que significa generar nuestro vehículo de luz, espacio-tiempo-energía " Merkaba".
Este vehículo es ni más ni menos que la manera en que el hombre se envuelve en un espacio de amor incondicional que le sirve de campo energético para llegar a ser multidimensional. “Esta cualidad de los delfines, está todavía por descubrir en el mundo científico”, pero algún día sabremos de ello. Estoy convencida.
Extracto del libro “EL ESPÍRITU VIVIENDO UNA EXPERIENCIA HUMANA”©
ESCRITO POR LUHEMA.