La enfermedad celíaca es un trastorno digestivo desencadenado por el gluten, que es una proteína presente en los alimentos que contienen trigo, cebada o centeno. Cuando una persona que padece la enfermedad celíaca come gluten, presenta una reacción en el intestino delgado que deriva en síntomas tales como diarrea, dolor abdominal, distensión y pérdida de peso. Es importante diagnosticar pronto la enfermedad celíaca porque cuando no se la trata, el trastorno puede llevar a complicaciones graves.
La enfermedad celíaca es un trastorno inmune. El sistema inmune ataca equivocadamente a los “amigos”, como son los alimentos e incluso los órganos y tejidos sanos. La persona que padece la enfermedad celíaca tiene un sistema inmune que reacciona excesivamente ante el gluten, causando daños en el intestino delgado y mermando su capacidad de absorber los nutrientes.
La causa subyacente de la enfermedad celíaca parece basarse, en parte, en la composición genética de una persona. Las investigaciones han descubierto que la enfermedad celíaca suele presentarse en las familias, y ciertos tipos de genes aumentan el riesgo de una persona de desarrollar la afección. No obstante, la genética no es lo único que participa en esta enfermedad. La mayoría de las personas que tiene el tipo de genes que los colocaría en un riesgo mayor para la enfermedad celíaca nunca desarrolla el trastorno, mientras que algunos empiezan a presentar síntomas pronto en la vida, y otros no se ven afectados sino hasta los 60 años o más.
Las afecciones que colocan al sistema inmune de una persona en alto estado de alerta podrían activar la enfermedad. Algunas investigaciones plantean, por ejemplo, que ciertas infecciones, sobre todo la gastroenteritis, pueden activar ese tipo de respuesta en el sistema inmune. La enfermedad es más común entre los niños que nacen mediante cesárea. El embarazo también podría desempeñar una función en esto, pues algunas mujeres desarrollan la enfermedad varios meses después del parto.
Al inicio de la enfermedad celíaca, los síntomas más comunes son de diarrea y dolor o distensión abdominal, especialmente después comer. Las personas que padecen la enfermedad celíaca podrían perder peso porque sus cuerpos no logran absorben suficientes nutrientes de los alimentos.
El resultado de la reacción del cuerpo al gluten con el transcurso del tiempo podría ser el desarrollo de una variedad de problemas, desde sarpullidos en la piel e intolerancia a la lactosa hasta infertilidad, fragilidad ósea y daño nervioso. Estos problemas podrían presentarse incluso ante la ausencia de síntomas digestivos.
Si usted presenta los síntomas de la enfermedad celíaca, acuda al médico para evaluarlos, antes de modificar su alimentación. El diagnóstico de la enfermedad normalmente se establece realizando un examen de sangre y una biopsia de tejido del intestino delgado para revisar daños. En pocos casos, también se podrían realizar pruebas genéticas.
La enfermedad celíaca no tiene cura, pero se puede controlar evitando todas las fuentes de gluten. Una vez que se elimina el gluten de la alimentación, el intestino delgado empieza a sanar. La recuperación del intestino toma menos tiempo, mientras antes se descubra la enfermedad. Los niños diagnosticados con la enfermedad celíaca, por ejemplo, se recuperan completamente en cuestión de seis meses desde el momento en que se retira el gluten de su alimentación.
La recuperación total puede demorar en los adultos, a veces hasta uno o dos años. Las personas que presentan síntomas durante tiempo prolongado podrían requerir un plazo mayor para recuperarse, y algunos nunca se recuperan completamente. Por otro lado, podría ser imposible revertir ciertas complicaciones avanzadas de la enfermedad, tales como infertilidad y osteopenia grave. No obstante, la mayoría de personas que padece la enfermedad celíaca encuentra mucho alivio para sus síntomas una vez que empieza a evitar el gluten.
Eliminar completamente el gluten de la alimentación puede ser difícil porque se encuentra presente en muchos alimentos comunes, entre ellos el pan, el fideo, las galletas dulces y la masa de pizza, para sólo mencionar algunos. No obstante, quienes padecen la enfermedad celíaca necesitan eliminar completamente el gluten de su alimentación porque hasta una pequeña cantidad puede continuar ocasionando daños en el intestino delgado. Afortunadamente, ha aumentado la concienciación sobre la enfermedad celíaca y existen más productos sin gluten en los supermercados. Si a usted le diagnosticaron la enfermedad celíaca, consulte con un especialista en dietética para que le ayude a planificar comidas sin gluten.