La epistaxis o sangrado espontáneo a través de las fosas nasales puede deberse a varios motivos.
Puede estar relacionado con la rinitis o la sequedad nasal, pero también puede ser una pista sobre otros problemas de salud como la hipertensión arterial, por lo que, si la padecemos con frecuencia, deberíamos consultarlo con nuestro médico de cabecera.
En este artículo explicamos cuáles son las causas más habituales de la hemorragia nasal, así como algunas cuestiones que debes tener en cuenta para prevenir posibles enfermedades más graves.
¿Por qué sangramos?
A algunas personas les sucede habitualmente, y la explicación general es que el sangrado procede de los vasos sanguíneos que irrigan el interior de la nariz, la mucosa. Lo más habitual es que sangre únicamente una de las dos fosas nasales, pero también pueden sangrar ambas a la vez.
Cuando la hemorragia surge de la parte anterior del tabique nasal, esta suele ser leve y de poca gravedad. Suele estar causada por haberse tocado la zona en exceso, por la sequedad ambiental o bien por una rinitis alérgica.
En algunos casos también puede deberse a la hipertensión arterial sin controlar. Nuestro cuerpo funciona de manera inteligente, y lo demuestra provocando un ligero sangrado para reducir naturalmente la presión arterial demasiado alta que estamos sufriendo.
Sin embargo, a continuación repasamos algunas causas que pueden ayudarnos a controlar algunos problemas de salud y otras que deberíamos conocer para tratar lo antes posible patologías más graves.
Patologías más graves
Aunque siempre será el médico de cabecera o el especialista otorrinolaringólogo quien deberá hacer el diagnóstico en función de las pruebas, debemos conocer de qué otras enfermedades puede ser síntoma la epistaxis para darle la suficiente importancia si la sufrimos de manera recurrente.
El sangrado de la nariz es también un síntoma de las siguientes patologías más graves:
- Enfermedad hepática.
- Tumor benigno o maligno.
- Leucemia.
¿Qué hacemos ante la hemorragia?
En el mismo momento en que sentimos la hemorragia nasal debemos taparnos la nariz, presionando con los dedos, e inclinar la cabeza hacia delante. Es importante que no echemos la cabeza hacia atrás como nos han dicho muchas veces, o que nos tumbemos, ya que ambas posturas pueden provocar que nos traguemos la sangre y además nos impiden saber si ya hemos dejado de sangrar.
Esperaremos unos minutos y, en caso de que no se detenga el sangrado, iremos a un centro médico de urgencias.
Si el sangrado se ha detenido, en las siguientes horas evitaremos hacer esfuerzos y tomar medicamentos con efectos anticoagulantes o antiagregantes plaquetarios como, por ejemplo, la aspirina. También estaremos atentos a no sonarnos con fuerza.
A la hora de decidir si acudimos a un médico, también tendremos en cuenta otros posibles síntomas.
Falta de vitamina C
Una causa menos conocida del sangrado habitual, cuando no hay ninguna patología relacionada, puede ser la falta de vitamina C en nuestro organismo. Esta vitamina ayuda a fortalecer los capilares nasales.
Podemos obtener vitamina C a través de los siguientes alimentos:
- Frutas cítricas, concretamente el limón con su peladura (siempre que sea ecológico).
- Escaramujo.
- Guayaba.
- Frutos rojos.
- Pimiento.
- Perejil.
- Kiwi.
- Brócoli.
- Fresa.
También podemos tomar la vitamina C en forma de suplemento. En caso de tomar demasiada, la eliminaríamos a través de la orina, por lo que no hay riesgo de tomarla en exceso.
Sales de Schüssler
Las sales de Schüssler son un remedio natural que nos proporciona minerales en dosis homeopáticas, por lo que tampoco tiene contraindicaciones ni efectos secundarios.
Existen doce sales, que se corresponden con minerales que se encuentran en nuestro organismo de forma natural y que ingerimos diariamente con los alimentos. No solo proporcionan al cuerpo los minerales que necesita, sino que los distribuyen correctamente para que estén en el lugar adecuado y en el momento preciso. Cuando se toman de forma individual cada una tiene una función concreta, y para la epistaxis se recomiendan las siguientes:
- Fosfato cálcico (Calcium Phosphoricum).
- Sulfato potásico (Kalium Sulphuricum).
- Fosfato de hierro (Ferrum Phosphoricum).
Nos pondremos dos comprimidos bajo la lengua tres veces al día, separados de las comidas, bebidas y sabores fuertes o mentolados (chicles, dentífricos, etc.). La primera por la mañana, la segunda por la tarde y la tercera por la noche. Mantendremos este tratamiento durante al menos un mes.
Recomendamos consultar con un médico naturópata para que pueda personalizar más el tratamiento y determinar la duración del mismo.
Imágenes por cortesía de Peretz Partensky y prolix6x.
Fuente: http://mejorconsalud.com/por-que-me-sangra-la-nariz/