Consejos para Cuidar y Evitar la Caida del Cabello
La caída del pelo, que los médicos designan con el algo chocante nombre de alopecia, es consecuencia de varias enfermedades del cuero cabelludo, pero también puede estar relacionada con afecciones generales benignas.
En todos los casos se puede, con un tratamiento sencillo,
devolver el vigor a las raíces y la abundancia al pelo. Sin embargo,
antes de pasar a las curas propiamente dichas, veamos primero cómo se ha
de cuidar normalmente el pelo, y, en este caso, nada como la saponaria
que, al contrario de los champúes comerciales, demasiado detergentes, no
perjudica ni el cuero cabelludo ni el pelo.
Se echa, en 0,5 l de agua, 100 g de saponaria. Se deja hervir
durante 5 minutos y seguidamente se cuela. Se enjabona enérgicamente la
cabeza con dicho líquido aún tibio, y luego se aclara con una infusión
de manzanilla cuando se es rubio, o con una infusión de puerros en los
demás casos. Un aclarado con una infusión a base de centaura azul hace
desaparecer el amarillento que afea el pelo blanco.
Semanalmente se hace una fricción con una loción protectora,
elaborada poniendo a macerar, durante 21 días, y en 0,5 1 de alcohol de
90° mezclado con 0,5 1 de agua, 10 g de boj, 10 g de capuchina y 10 g de
serpol. Esta loción revitaliza el pelo quebradizo o ahorquillado.
Para detener la caída del
cabello, he aquí dos preparaciones, ambas de base de tuétano de buey,
elemento que se puede adquirir fácilmente en una carnicería.
Se incorporan a 0,5 1 de aceite de almendras dulces, 20 g de corteza
de canelo rallada, 15 g de clavos triturados y 20 g de tomillo
cuidadosamente desmenuzado. Se agregan 30 g de tuétano de buey y se deja
macerar durante 48 horas. Se fricciona el cuero cabelludo con 2
cucharadas soperas de dicha mezcla, 2 noches por semana, durante 1 mes.
Se deja actuar el preparado hasta la mañana siguiente, protegiendo la
cabeza con un gorro de baño.
Al día siguiente, se hace un champú con saponaria y seguidamente se
fricciona el cráneo con una loción obtenida poniendo a macerar, durante 8
días, y en 0,5 1 de alcohol, 20 g de brotes de ortigas y 10 g de
bardana.
La preparación siguiente, variante simplificada del tratamiento anterior, da, sin embargo, resultados sorprendentes:
Se amasan 50 g de tuétano de buey, a los que se incorporan, poco a
poco, aceite de oliva hasta obtener una pasta que tenga la consistencia
de una pomada. Antes de acostarse se frota concienzudamente el cuero
cabelludo con dicha mezcla. Se conserva durante toda la noche, adoptando
las mismas precauciones que en el caso anterior, y a la mañana
siguiente se utiliza un champú y una loción idéntica a aquellos.
Fuente: ” Como curarse con las plantas” Editorial Argos Vergara