La cutícula es una capa protectora contra bacterias / Foto: Thinkstock
Tener las uñas de las manos aseadas y cuidadas va más allá de poseer una apariencia agradable, pues con ello evitamos que hongos y bacterias se alojen y se transporten en ellas. Si a una mala higiene le agregamos el tener lesiones alrededor de las uñas, ya sea por morderlas, arrancar un padrastro, recortar o retraer la cutícula, entonces podemos padecer enfermedades como laparoniquia, una infección de la piel que está alrededor de las uñas.
Vale la pena mencionar que el uso frecuente de uñas postizas no es muy favorable, ya que como están pegadas a la uña natural provocan que en ésta se acumule humedad, facilitando la reproducción de hongos y bacterias. En caso de que hayas colocado una uña postiza y ésta se desprenda y cause dolor, o cambio de color en la uña verdadera, será mejor que consultes a tu médico.
Jamás debemos empujar o cortar la cutícula para despejar la uña, ya que ésta sirve como barrera protectora física contra bacterias.
Para que nuestras uñas estén sanas, no debemos acostumbrar tenerlas muy largas y hay que cortarlas en forma recta.
Mantener una adecuada higiene de las uñas de las manos no quiere decir que debes lavarlas muchas veces en el día, ni que se utilices constantemente gel o jabón antibacterial, pues esto en vez de ayudarte te puede provocar resequedad en la piel.
Es mejor que realices un adecuado lavado de manos y uñas:
- Antes, durante y después de preparar alimentos.
- Antes de comer
- Después de ir al baño
- Después de tocar a un animal
- Después de tener contacto con basura.