¿Cuál es tu primer pensamiento al escuchar la palabra papá soltero? Estar en esta situación no es nada fácil. En México, 736 mil hogares están encabezados por padres solteros, de acuerdo con información del Consejo Nacional de Población (Conapo) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los padres solteros enfrentan la estigma de la sociedad, es decir, aquel pensamiento de que un hombre no va a poder encargarse de los hijos por sí solo y de su trabajo, lo cual puede generar presiones en ellos, asegura la psicóloga Mina Shterenberg, de la Clínica de Asistencia a Pacientes de la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM)
La especialista detalla que es importante descubrir la razón o situación por la que un hombre puede ser un padre soltero, ya que existen diferentes escenarios que generan esta situación.
Padre soltero por una pérdida (divorcio, abandono o viudez). Se enfrenta a una dificultad muy grande, ya que tiene que asimilar el dolor por la pérdida de la pareja. Posteriormente, debe analizar la forma en cómo se va a hacer cargo de la casa, de los hijos y de su trabajo.
Padre por iniciativa propia. En este caso, ellos son los que deciden adoptar un hijo, por lo que emocionalmente se encuentran más preparados para enfrentar el reto, sin embargo, tienen que asimilar la falta de tiempo para cumplir con sus obligaciones de trabajo y paternales.
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Ambos tipos de padres solteros afrontan emociones como desesperación, frustración y enojo por tener que vivir esta situación ellos solos.
Por ello, señala la psicóloga, es necesario que ellos cuenten con apoyo de familiares, amigos y de la escuela, para minimizar esas presiones y disfrutar más de la etapa.
Incluso, puede buscar algún grupo de ayuda donde pueda compartir sus experiencias y sentirse comprendido.
La especialista destaca que los padres solteros deben mantener sus espacios de recreación, porque son momentos que les pueden servir para liberar el estrés. Además, la visita con un especialista o acudir a una psicoterapia le puede ayudar a afrontar y asimilar esas emociones que afecta su calidad de vida, concluye Mina Shterenberg.
