Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de California en Pasadena pidió a un grupo de 19 voluntarios que evaluaran el atractivo de varios rostros de raza caucásica, masculinos y femeninos, antes y después de que la actividad en sus áreas ventrales se viera incrementada al aplicarles una técnica denominada Estimulación Transcraneal de Corriente Directa (tDCS, por sus siglas en inglés).
La técnica consiste en hacer pasar una descarga eléctrica de dos miliamperios de intensidad a través del cerebro, mediante dos electrodos colocados en el cuero cabelludo.
Los rostros mostrados tenían expresiones neutras y habían sido generados por ordenador. Paralelamente, otro grupo de voluntarios, recibió una estimulación eléctrica falsa, que produce una sensación de hormigueo, pero sin aplicar corriente real. A todos los voluntarios se les pidió que puntuaran el atractivo de las caras que habían visto en una escala del 1 al 8. Quienes habían recibido la tDCS calificaron los rostros como mucho más atractivos después de recibir la descarga.
Según explican los investigadores, esta capacidad para manipular una región profunda del cerebro sin drogas ni cirugía invasiva sugiere que podrían utilizarse técnicas similares para tratar trastornos asociados con las disfunciones de la zona ventral del cerebro, como la enfermedad de Parkinson, la esquizofrenia, la depresión y las adicciones.