Muchas veces se identifica a una persona por ese movimiento de manos, cabeza, hombros o lengua repetitivos que lo caracteriza y que se conocen como tics.
Estos tics suelen protagonizar desde burlas a estereotipos. Sin embargo, no es mucho lo que la ciencia sabe de ellos.
Recientemente se publicó en la revista especializada Pediatric Neurology un estudio realizado en España que afirmó que "Los tics, que solían asociarse a algún extraño trastorno e inclusive identificarse más con la ficción que con la realidad, son mucho más frecuentes de lo que se cree. Lo que ocurre es que como muchos son leves y desaparecen con el tiempo, y no suele ser necesario tratarlos".
La declaración de la Dra. Esther Cubo, médica neuróloga responsable de la investigación se complementó con una cifra: del análisis de más de 1.000 chicos en edad escolar realizado en la provincia de Burgos se extrajo que prácticamente el 17% presenta algún movimiento o sonido involuntario.
EL FIN DE LA INFANCIA
Asimismo, los especialistas europeos destacaron que entre las principales características de los tics se cuentan el desarrollo durante la infancia –habitualmente entre los 7 y 8 años– y la desaparición en la adolescencia, sin que puedan identificarse bien las causas.
Por otro lado, refirieron que por lo general los tics no tienen repercusión funcional y no generan mayores complicaciones. Finalmente, remarcaron que sólo una niña sufre tics por cada dos o tres niños.
El jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Austral (HUA), de Argentina, Dr. José Antonio Bueri, afirma que "Podemos definir a los tics como movimientos rápidos, intermitentes y estereotipados que se asemejan a los normales. El parpadeo, el fruncimiento de la nariz, el giro o la sacudida de la cabeza y la elevación de un hombro son algunos ejemplos. No obstante, lo que caracteriza a los tics es que están precedidos de una sensación interna de urgencia por hacerlos; pero además el hecho de que la persona que los padece muchas veces es capaz de suprimirlos si se lo propone. Ese punto representa la principal diferencia con otros movimientos anormales, como los temblores", comentó el especialista.
CAUSAS DESCONOCIDAS
En cuanto a las causas que disparan un tic, el Dr. José Bueri consignó: "En muchos casos obedecen a un problema genético como en el Síndrome de Gilles de la Tourette. En otras ocasiones, se presentan como consecuencia de lesiones cerebrales producidas por distintas enfermedades neurológicas. También pueden aparecer debido a la ingesta de medicaciones o drogas".
Sin embargo, hay evidencia científica que identifica a la falla en el funcionamiento de los mecanismos inhibitorios de los movimientos del Sistema Nervioso Central como la causa principal de aparición de los tics.
DIAGNÓSTICO ACCESIBLE
"Realizar el diagnóstico de un tic es relativamente sencillo. Ocurre que se trata de un movimiento repetitivo, que sigue un patrón de movimiento normal o similar. Lo que hay que hacer a veces es diferenciarlo de otros movimientos anormales como las mioclonías (sacudidas involuntarias), los temblores o los movimientos distónicos (de tipo torsión), que también tienden a ser repetitivos. Para la diferenciación entre un cuadro y los otros ayuda mucho la cuestión del patrón de movimiento, el carácter repetitivo y sobre todo la presencia de una sensación interna de urgencia, así como también la posibilidad de supresión por un tiempo que posee la persona que tiene el tic", expuso este experto.
En cuanto a los tratamientos, es importante aclarar que por lo general estos se ponen en marcha únicamente cuando el tic es molesto.
"Hay medicamentos que pueden ayudar a frenar el movimiento, así como también tratamientos psicológicos conductuales. Por otro lado, existe la posibilidad de realizar terapia con toxina botulínica y, en los casos graves o excepcionales, recurrir a cirugía neurológica", completó.
Hasta un 25% de los adolescentes, sobre todo los varones, tienen tics que suelen ser transitorios y no representa problemas, aunque a veces pueden asociarse a trastornos obsesivo-compulsivos o del aprendizaje.
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