Básicamente, la efectividad de esta dieta radica en su sencillez. Para poder llevarla a cabo sólo hay que beber el recurso hídrico antes mencionado en ayunas. Si bien el consumo de este líquido vital para el organismo humano es beneficiosa en cualquier momento del día, la ingesta de agua se debe realizar con el estómago vacío e inmediatamente al levantarte de la cama porque ayuda a activar el metabolismo.
Si quieres llevar a cabo esta dieta, bebe tres vasos de agua antes de lavarte los dientes por la mañana. Si al principio te cuesta, puedes empezar con sólo un vaso e ir aumentando la cantidad de forma gradual. Asimismo, es importante que después de tomar el líquido no comas ni bebas durante 45 minutos por lo menos.
Además de todo esto, no debes dejar de llevar una dieta nutritiva y saludable. No olvides de respetar los horarios de las comidas para poder crear una rutina sana, sin dejar de mencionar que tienes que hacer hincapié en que el desayuno es el alimento más importante del día. El almuerzo debe ser abundante, mientras que la cena no.
Es fundamental que complementes la dieta del agua con un consumo de alimentos nutritivos. Evita el azúcar y los productos procesados, y toma agua 15 minutos después de haber comido. También es importante que consumas agua tibia, ya que facilita la digestión e impide que se produzca un cambio brusco en la temperatura interna del cuerpo.