Olvídate de las papitas, los chicharrones y todo tipo de frituras que sólo espantan el hambre y no nutren a tu cuerpo, en cambio las semillas de girasol, también conocidas como pipas, son una opción de botana para esos momentos del día en que el hambre te ataca, además de tener propiedades como calcio y vitaminas necesarias para mantener una buena salud.
Un alimento completo Las semillas de girasol contienen nutrientes como vitamina E, fósforo, magnesio, calcio, hierro, ácidos grasos, zinc, potasio, manganeso y riboflavina, un tipo de vitamina B. Todas estas vitaminas y minerales pueden ser aprovechados por todos los integrantes de la familia, desde el más gran hasta los “reyes de la casa”: los niños. Así también su consumo es especialmente recomendado a deportistas, mujeres embarazadas y personas que padecen osteoporosis.
Una medicina natural Incluir la semilla de girasol a tu dieta es de gran beneficio para la salud y el rendimiento físico y mental. Gracias a su alto contenido en vitamina E, las pipas cuidan y nutren la piel y previenen el envejecimiento prematuro.
Mejora la fertilidad, la circulación, el metabolismo celular y de todo el organismo, ayuda al buen funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso, evita la osteoporosis y previene los problemas de circulación y cardiovasculares.
Por su alto contenido en aceites insaturados, moviliza el tejido graso acumulado y reduce el colesterol LDL o malo, por lo que su consumo ayuda a mantener un peso y corazón sano.
¡Consúmelas!¿ No sabes cómo integrar estas riquísimas semillas a tu alimentación? Considéralas como opción de botana a cualquier hora, agrégalas en tus ensaladas de lechuga, brócoli, trozos de carne y aderezo, o en frutas y yogur con granola. Para mantener las pipas siempre frescas guárdalas en un lugar oscuro y fresco.