Al incorporar estas acciones a tu rutina diaria ahorraras tiempo y tendrás también una cocina que lucirá impecablemente limpia.
Limpia y ordena mientras cocinas
De esta manera mantendrás tu cocina en orden y organizaras las cosas por adelantado. Sigue unas pocas reglas básicas de higiene: lava el fregadero, tu superficie de trabajo y los utensilios tan pronto hayas terminado de utilizarlos.
Utiliza el lavaplatos
En vez de dejar que los platos se apilen en el fregadero, colócalos inmediatamente en el lavaplatos en cuanto hayas dejado de ocuparlos; no olvides prenderlo en cuanto esté totalmente lleno.
Lava al mismo tiempo
Si no tienes lavaplatos, llena tu fregadero con jabón y agua caliente antes de empezar a cocinar y lava tus trastes cuando los desocupes. Cuando hayas terminado de cocinar tendrás casi todos los trastes listos.
Pela los vegetales sobre una toalla de papel
Una vez que hayas terminado de pelarlos, puedes tirar rápidamente todos los desechos en tu bote de composta.
Mantén tu barra limpia
Mantén monedero, bolsas, mascotas, dinero y las cuentas por pagar, junto con cualquier cosa que no deba estar ahí, lejos de la barra. Estos objetos no sólo recargan tu área de trabajo y hacen que su limpieza te quite mucho tiempo, sino que también dejan mucho gérmenes donde se coloquen.
Recoge tus provisiones inmediatamente
Guarda las cosas del súper tan pronto llegues a tu casa después de comprarlas y tira o recicla las bolsas en cuanto se encuentren vacías.