Es normal sentirse preocupado ante los dilemas que nos presenta la vida; sin embargo, existen personas que se preocupan todo el tiempo, a grado tal, que desarrollan un trastorno de ansiedad y su visión ante la vida cambia.
La preocupación excesiva, acompañada de un estado de vigilancia continua, tensión muscular o irritabilidad, son las características centrales del trastorno de ansiedad.
La persona que sufre este trastorno tiene gran facilidad parapreocuparse por multitud de problemas de la vida cotidiana y le resulta muy difícil controlar esa preocupación, explica el doctor Pedro Moreno, psicólogo y autor del libro "Aprender de la ansiedad: la sabiduría de las emociones".
De acuerdo con el especialista, “quienes padecen ansiedad generalizada parecen poseer un radar muy sensible para detectar los problemas que pueden aparecer en cualquier momento. Es como si les costase adaptarse a la vida cotidiana, a sus cambios y a sus amenazas continuas, pero poco probables”.
En el trastorno de ansiedad generalizada no se teme nada en particular pero se teme todo al mismo tiempo. La persona que sufre este trastorno de ansiedad tiene una gran facilidad para preocuparse por muchas cosas y mucha dificultad para controlar las preocupaciones.
Esta ansiedad constante se manifiesta, lógicamente, en síntomas como: dificultad para concentrarse, inquietud, fatiga, irritabilidad, tensión muscular o problemas para dormir.
El problema real al que se enfrenta una persona con ansiedad generalizada es distinguir lo que es posible de lo que es probable, por lo que la salida es preocuparse de todo.
De hecho, según el psicólogo, esto le funciona en cierta medida debido a que la preocupación excesiva provoca un funcionamiento intensivo del hemisferio cerebral izquierdo (que soporta el pensamiento lógico y racional), y una cierta inhibición del hemisferio derecho, que se encarga de la formación de imágenes y que tiene más poder para causar alteración emocional.
“Es como si preocupándonos en exceso evitásemos en cierta medida imaginarnos las consecuencias de los temores básicos que vienen a nuestra mente”. No obstante, la mejor forma de abordar el trastorno de ansiedad es enfrentar aquellos que causa temor, así como reforzar la autoestima y los procesos cognitivos.