La sangre es la fuente de vida y a veces no se produce naturalmente, por diferentes circunstancias.
En Colombia, aproximadamente 150 personas esperan un trasplante de
médula ósea, que es la única esperanza que tienen para que en esas
células madre se produzcan la sangre que el organismo necesita cada
segundo.
Aliento de vida como el que recibió hace cinco meses Jineth Vargas, de
12 años, quien sufría de anemia de Falconi, una afección congénita que
le impedía producir las defensas necesarias, lo que le exigía vivir con
trasfusiones de sangre cada semana. Ella se convirtió en el paciente
1.000 en recibir un trasplante de médula ósea en la Clínica de Marly,
caso presentado esta semana.
En el país este avance médico también ha sido exitoso para “tratar
pacientes con patologías malignas de la sangre o a quienes reciben
tratamiento de quimioterapia, debido a que esta puede llegar a afectar
la médula, y en casos congénitos”, explica Enrique Pedraza Mesa, jefe y
miembro fundador de la Unidad de Trasplantes de Médula Ósea de la
Clínica de Marly, Bogotá.
Primero que todo, para que se pueda realizar el trasplante es necesario
que el donante tenga la suficiente compatibilidad con el receptor. Un
caso se da cuando la médula se saca del mismo paciente (autólogo), días
antes de recibir el tratamiento intensivo de quimioterapia y después se
pone de nuevo en la persona.
En el segundo, se toma el tejido de alguien más, que pueden ser un
pariente (alogénico relacionado) o particular (alogénico no
relacionado).
“Cuando se va a realizar un proceso de donación analizamos el grado de
compatibilidad entre el que dona y el receptor, mediante pruebas del
HLA, que es como nuestro código de barras, por lo que hay una
probabilidad de aproximadamente 255 de compartirlo con los hermanos y un
aproximadamente 15% con los padres”, señala Carlos Andrés Portilla,
hematólogo pediatra del Centro Médico Imbanaco, en Cali.
En el caso de Jineth, la donante fue Jenny, su madre, quien recibió,
antes, un tratamiento para aumentar su número de células madres. Entre
tanto la niña se sometía a una quimioterapia intensiva que destruiría la
sangre dañada y ‘abriría una camita’ a las células nuevas.
Solo uno de cada tres enfermos tienen donante familiar, en los demás,
“toca acudir a los externos, quienes pueden donar su médula ósea o
células madre de cordón umbilical”, asegura Juan Manuel Herrera,
hematólogo del Centro Médico Imbanaco.
EL DÍA CERO
El día del trasplante lo denominan los especialistas como día cero,
porque para los pacientes representa un renacer, otra oportunidad de
vida: se escribe el último capítulo de una historia de batallas y
sufrimiento y se inicia otra historia de perseverancia y autocuidado.
El proceso terapéutico consiste en inyectarle al paciente las células
madre vía intravenosa, para que se implanten en sus huesos, se
reproduzcan y empiecen a cumplir con la función de reproducir glóbulos
blancos, rojos y plaquetas.
Las complicaciones inician luego de la infusión de las células madre,
ya que la persona queda susceptible a adquirir cualquier tipo de
infección, porque su sistema inmunológico está débil.
“Por eso quedan hospitalizados en un ambiente estéril y son evaluados constantemente”, dice Portilla.
LA EFECTIVIDAD DEL TRATAMIENTO DEPENDE DE LO AVANZADO DEL MAL
Pese a que no es fácil conseguir un donante de médula ósea compatible,
los resultados de los procedimientos hechos en Colombia han sido muy
positivos, como se refleja al ver hoy el rostro alegre de Jineth Vargas,
de 12 años,
Ella le ganó la batalla a su enfermedad, y en compañía de su oso de peluche Motas, soportó todo el proceso.
Es más, cuentan sus médicos, que “ella decidió que el que padecía todos sus males era su amigo inseparable. Motas”.
En general, “la eficacia del proceso terapéutico depende de la
enfermedad y de su estadía. Hay afecciones que si se manejan temprano
tienen un 80% de posibilidad de cura, pero si es, por ejemplo, una
leucemia aguda, la posibilidad es del 50%”, anota Juan Manuel Herrera,
hematólogo del Centro Médico Imbanaco, en Cali.
En una junta médica es donde determinan, por medio del estudio de la
historia clínica del paciente, si es conveniente o no realizar este
tratamiento.